24 DE MARZO DÍA DE LA MEMORIA

25.03.2021

Hoy se evoca el día de la memoria recordando los muertos y desaparecidos durante la dictadura militar, pero yo me resisto a que se recuerde simplemente el genocidio perpetuado.

Pensemos que por y para algo los mataron; que por y para algo los hicieron desaparecer. Eso pretendo que se recuerde.

Comenzaré con el recuerdo de para qué se instaló la dictadura genocida. ¿Fue sólo para eliminar el germen de la revolución personificada en el idealismo combatiente? No, ese proceso fue el medio para instalar un objetivo más perdurable: El control político y económico de las grandes corporaciones y la exclusión social de millones de argentinos.

La intrusión del proceso militar del 24/03/76 tuvo como objeto promover la dependencia absoluta del país al proyecto del capital financiero, siendo su eminencia gris el Dr. Alfredo Martínez de Hoz con el respaldo de la Trilateral Comission. Su adlater fue Guillermo Walter Klein que se desempeñó como Secretario de Estado de Programación y Coordinación económica, en el B.C.R.A. se encontraba Adolfo Diz, conocido por su participación con los denominados "Chicago boys" por pertenecer a la corriente generada por Milton Fridman. Otro colaborador fue José Luis Machinea (que luego asumiría en el B.C.R.A. durante el gobierno de Alfonsín y sustituiría las garantías del Estado respecto a la deuda privada, convirtiéndola en deuda directa y sería el creador del "blindaje" durante el gobierno del Dr. De La Rua), la continuidad es innegable.

Es que, a partir de la pertenencia a la "Trilateral Comissión", las relaciones de poder se fueron concentrando a la par de la concentración del capital financiero.

En nuestro país, el programa que desarrolló el Dr. Martínez de Hoz como Ministro de Economía de la dictadura tuvo por objetivo modificar el modo de producción capitalista exis-tente, adecuándolo a los objetivos del capital financiero internacional, desarticulando el desarrollo de las fuerzas productivas y proyectando un país para 15.000.000 de habitantes (esto es absolutamente coincidente con el objetivo de ciertos grupos de poder mundial que pretenden un planeta para no más de 1.500.000.000 de habitantes).

Ahora bien, cuáles fueron los instrumentos de dominación utilizados:

  • control político de los resortes del Estado;
  • desarticulación de las fuerzas productivas como forma de consolidar la dependencia financiera;
  • tráfico de armas y drogas bajo la excusa de la necesidad de obtener recursos para el desarrollo de la "lucha antisubversiva", hoy denominada "antiterrorista" (no olvidar que el Cartel de Cali fue una creación de la C.I.A.);
  • el terror como instrumento de sujeción social;
  • la corrupción como su contrapartida en el control de voluntades;

El proceso militar dejó la deuda externa argentina que había recibido en U$S 7.875.000.000 al finalizar 1.975, en U$S 45.087.000.000 de dólares al finalizar 1.983, la "gran estafa" como la calificaría Olmos Gaona, lo que fue ratificado por el juez federal en lo criminal Jorge Ballesteros quien dio por probados más de 470 ilícitos. Sin embargo, se declaró que dichos delitos estaban prescriptos.

Ahora bien, afirmadas estas bases, comienza el período de consolidación bajo la apariencia de democracias formales que, si bien tuvieron leves intentos de resistencia (caso Grispum en el comienzo del gobierno del Dr. Alfonsín y Roig durante el inicio del Dr. Menem) derivaron en una profundización del proceso, acentuándose la corrupción y el despojo. Pero también, y como lógico resultado, aumentando la exclusión social y agudizando el hambre de la pobla-ción (en la Argentina la subocupación llegó al 24% y la desocupación al 22% de la población laboralmente útil).

Se respondió así a lo dictaminado en los documentos Santa Fe I, II y IV, donde se percibe claramente un cambio en las estrategias operativas a aplicarse a través del Consenso de Washington.

Pretendo que en este día se recuerde la verdad vista desde la realidad objetiva y no desde la mera declamación y la mención de las muertes sórdidas, porque ellos, los combatientes por la vida, constituyeron la generación más lúcida, la que combinó el ansia de justicia, la esperanza de un mundo mejor y el valor de luchar para lograrlo. Ellos tomaron la decisión militante de ofrecer su propia existencia por un ideal.

Yo me pregunto: ¿Cuántos de los que hoy alzan su voz denostando el genocidio, compartieron, no digo ya su lucha sino por lo menos ese objetivo libertario? ¿Cuántos de los que se rasgan las vestiduras en el día de la memoria en realidad -consciente o inconscientemente- pretenden limitarla a un "homenaje fúnebre", apropiándose para sí las razones de la historia?

Tengamos memoria. No dejemos que transformen sus recuerdos en mera liturgia macabra.

El enemigo construyó su estructura de control político y económico sobre los cuerpos de los mártires, pero subsiste la memoria de sus convicciones, porque ellos fueron, son y serán, sus ideales.

Recordemos por qué los mataron e hicieron desaparecer, alzando sus banderas en actitud de resistencia.

Amén.