VISIBLES SOLO PARA DIOS Y PARA QUIENES MISIONAN EN SU NOMBRE

Entrevista a Ramón Gómez, Director de la Fundación Los niños de San Juan
Hoy entrevistamos a una persona que conozco hace muchos años, - independientemente del afecto que le tengo - el esta realizando un trabajo muy
importante a partir de la Fundación Los Niños de San Juan de la cual es el
director y que se llama Ramón Catalino Gómez
Ramón, la gente de esta zona no tiene idea de lo que es la
situación de la gente que vive en las alturas en Salta, quisiera que vos me
explicaras un poco eso, pero antes que nada, que le expliques a la gente que fue
lo que te llevo a vos a irte desde Corrientes hasta ese lugar tan alejado de
tus orígenes.
R G:
Desde muy joven me ha inspirado o motivado y guiado - si uno lo quiere llamar así - la parte espiritual que después de muchos años fui entendiendo su origen, su significado. De joven tenia ciertas experiencias, ciertas vivencias que eran curiosas y que no me tomaba con la profundidad que lo hice con los años.
Como bien decís, nací en Corrientes, desde muy joven siempre me incliné hacia la parte espiritual y a los 18 años ya viviendo en Capilla del Monte, rezando un rosario tuve una experiencia con la Virgen en donde me ha transmitido su palabra y donde ella me ha ofrecido una misión, un camino espiritual.
Estaba rezando el rosario en una gruta de Lourdes en Ongamira y en el transcurso del rosario - de la nada - veo como mirando, digo así, porque estaba con los ojos cerrados, a una dulce joven que venía desde mi lado izquierdo deslizándose a unos 20 centímetros del suelo y que se detiene delante de mí y que cuando levanto la mirada, - ya que solo podía verle los pies - veo que es la Virgen de la Medalla Milagrosa, nada que ver con el lugar en donde estábamos que era la gruta de Lourdes.
Ella me transmite su palabra y me ofrece un camino espiritual que yo acepto a los 18 años, acababa de casarme, trabajaba en mi oficio que era carpintero, me gustaba trabajar la madera, algo que aun llevo en el alma.
El pedido de Ella fue que yo tendría que estar el 100% del tiempo a su disposición, a su servicio y que debía renunciar a todas las ataduras humanas. Desde ese momento mi vida a cambiado totalmente con la suerte de que mi señora Sandra, también joven como yo y con una beba de meses que hoy tiene 24 años, acepto desde un principio la vivencia que yo tenía, confiando plenamente en lo que yo le había contado porque ella no había vivenciado nada. Ella no ha participado en la experiencia real que yo he tenido pero desde un principio y hasta el día de la fecha sigue estando firme trabajando a la par mía en lo que estamos realizando.
¿Por qué llego a Santa Rosa de Tastil que es el lugar en donde ahora me encuentro a 3.100 m de altura? Es por un pedido de ella también, es una indicación que ella me ha dado y en donde específicamente no me ha dicho que debía venir a este lugar, ella me ha indicado un lugar que se llama Puerta Tastil, y desde este punto, yo debía encontrar un lugar respetando un radio de 30 km a la redonda, debía mantener ese circulo que ella me había marcado.
Fue así que me instale aquí a pesar de que he buscado lugares con más vegetación y menos altura, en el único lugar en el que se me abrieron las puertas fue aquí y entonces comprendí que este era el lugar en el que ya hace 21 años que vivo.
J A R:
Ramón, se te indico que debías ir allí pero evidentemente no era para instalarte y tomar vacaciones, sino que tendrías que ir evidentemente a cumplir una misión. ¿Podes explicarle a la audiencia-lectores en que consiste esa misión?
R G:
En la primera aparición de la Virgen, una dulce joven de entre 16 o 17 años me ha transmitido la manera de ayudar a las personas a través de una energía. Ella me ha dicho que la gente me buscaría para que le alivie sus dolores, sus dolencias para recibir una sanación, que ese sería el imán con que la gente se sentiría atraída, pero la ayuda, el trabajo, la liberación que debía de hacer en las personas era espiritual. El trabajo es espiritual tal cual sucede hoy en día, las personas vienen con problemas de salud, lamentablemente no entienden todavía el mensaje que durante todos estos años he transmitido y que sigo haciéndolo cada mañana en que la gente espera, le explico que no hay nada mas importante que el mensaje espiritual y la preparación que tenemos que hacer para la próxima manifestación del Hijo de Dios. Pero la gente desgraciadamente sigue dormida.
Ese fue mi trabajo por varios años, pero también al llegar aquí vimos muchas necesidades alrededor, fuimos conociendo familias que viven dentro de los cerros y de a poquito fuimos pidiendo ayuda a la gente que venia preguntándole si le sobraba un calzado, abrigo o alimentos, y de a poquito fuimos incorporando este trabajo social involucrándonos más con el sufrimiento físico de los que viven aquí. Son muchas las personas que aquí en los cerros, lamentablemente murieron de frío o de hambre.
Estas fueron las cosas que comprendí que no podía dejar pasar por alto, no podía concentrarme solamente en recibir a la gente y tratar de mejorar sus dolencias - hoy comprendo mas que nunca - que esta ayuda se complementa al trabajo espiritual porque si a este, no le agregamos la acción concreta deja de ser profundo, porque nuestro ser espiritual necesita estar en contacto con el sufrimiento intenso de nuestros hermanos. Necesita conocer en primera persona y compartir esas situaciones de vida.
En eso estamos, ayudando y trabajando, poniendo lo mejor de cada uno con un pequeño grupo de personas sin perder el rumbo de lo espiritual.
Nuestra existencia no puede ser posible sin esa conciencia espiritual, eso es lo que a nosotros nos motiva y nos fortalece también en estos momentos difíciles que nos tocan vivir.
J A R:
Evidentemente estas en un lugar en el que casi te diría, olvidado, esa gente a la que te referís seria una suerte de excluidos sociales. ¿Podes contarnos cual es la situación de todo ese conglomerado de gente disperso en la montaña y en que consiste toda la ayuda que ustedes están llevando adelante a partir de la Fundación?
R G:
Nosotros fundamentalmente apuntamos a tres puntos importantes que acompañamos desde el principio y que no son fáciles:

La situación de las familias es muy crítica porque las temperaturas son bajas prácticamente todo el año. Ahora en invierno hemos llegado a - 17° y casi durante todos los días oscila entre -8° a los -15°, es un invierno bastante duro pero aquí, en los cerros todo el año hace frío. Nosotros aquí en Santa Rosa de Tastil en pleno enero y febrero dormimos con dos o tres frazadas, para que tengan un punto de comparación de lo que es el clima en estos lugares en donde el viento nunca falta, donde no hay agua potable, donde la asistencia sanitaria es mínima por no decir nula, donde no hay comunicación telefónica, donde no hay corriente eléctrica, se manejan con paneles solares que tienen una corriente continua de 12 W; tampoco hay árboles, la leña que se usa en los cerros y por la que tienen que caminar km para conseguirla se llama tola, es una plantita que no crece mas de 20 cm de altura.
En estas zonas hay muchos abuelos y personas que viven solas y que tratamos de asistir con medicamentos, si están necesitando atención odontológica tratamos de llevarlos en forma particular para que vea a esa persona que necesita asistencia, - porque hablamos de situaciones criticas - y que por la gracia de Dios, tenemos profesionales que se preocupan por el prójimo y ceden su día de descanso viniendo con nosotros a hacer el recorrido.
Es bueno decir que estos profesionales no quieren publicidad, porque como dicen: "lo hago de corazón, con todo mi amor" y nosotros así lo respetamos, nosotros valoramos mucho a estas personas.
Estamos lejos de todo, una persona para pedir ayuda tiene que caminar 50 km para llegar a la ruta nacional 51 y ahí parar un vehículo que lo lleve hasta San Antonio o a Campo Quijano, esa es la realidad que se vive en los cerros.
J A R:
Realmente tuve la gracia junto con Alejandra de acompañarte en
uno de esos recorridos y nos ha tocado ver como la gente tiene la seguridad de
que vos y toda la Fundación los va a socorrer de alguna manera y están
esperando tu bolsa con alimentos, el pan que repartís, pero no solamente estaba
eso. Yo recuerdo que a gente de la población le has levantado una casita en
donde puedan vivir dignamente.
Todo ese trabajo es de un esfuerzo muy grande, de vinculación y de pedido de ayuda sin vergüenza, poniendo la cara ante todo el mundo para poder llevar un poco de resguardo a toda esta gente que esta tan olvidada en la tierra.
¿Qué es lo que ustedes pedirían a la gente de la audiencia y a nuestros lectores para poder seguir desarrollando esa tarea tan importante que están haciendo en el medio de la montaña?
R G:
Yo lo único que les puedo pedir es que nos acompañen, que se comprometan, que aprendamos a ser solidarios, que aprendamos a compartir, darnos cuenta de que por ahí tenemos todo y más de lo necesario para estar bien y no lo estamos, tenemos todo para ser felices y no lo somos. Por esto pido que nos acompañen. Que se comprometan a hacer cosas reales y verdaderas a favor de los que menos tienen, a favor del prójimo y que aprendamos a no juzgar, porque a veces lo hacemos para no mover un dedo y acá, se trata de ayudar y de conocer realmente esta situación en primera persona.
Yo siempre invito a las personas para que vengan y vean con sus propios ojos como es la realidad y para que vean también que la gente de los cerros no son gente que están esperando que uno los ayude o están sentados esperando un bolsón o una mano, ellos todos los días están trabajando, están buscando la vuelta para mejorar la situación, recorriendo kilómetros para traer un poco de agua, sembrando en donde encuentran un pedacito de tierra buena para sembrar arvejas, el choclo de la zona, la papa andina. O tal vez, están hilando o tejiendo o cuidando su hacienda.
La gente de los cerros trabaja todo el día, no esta sentada en su casa y se me mueve de puesto en puesto todos los años justamente porque muchas familias son nómadas que se mueven de un lugar a otro en busca de pastaje para su hacienda y trabajar para subsistir, porque esto es lo que hacen, subsistir con lo que tienen y cuando uno les lleva un bolsón de mercadería o les alcanza un par de zapatillas o ropa de abrigo, ellos son mas que agradecidos porque les estamos aliviando un grave problema que ellos tienen - porque en los cerros - no hay a quien pedir ayuda ya que tu vecino puede estar a 4 km atrás de un cerro y ese vecino puede estar en iguales o en peores condiciones.
En la ciudad uno se puede parar en una esquina y pedir, en los cerros no hay nada y cuando pasa un problema de salud grave hay dos opciones: o te aguantas o te largas a caminar. Esto es lo que venimos haciendo, trabajar para tratar de cambiar esa situación. Estamos construyendo un puesto sanitario en El Palomar a casi 4.000 m de altura para que estas personas tengan un lugar donde refugiarse, donde estén contenidos hasta que llegue la ambulancia, hasta que llegue la ayuda que este necesitando.
Esto se hace a todo pulmón, lo vamos logrando de a poco porque es un bien para la gente. Por ahí hay personas que no lo entienden y no lo ven así, yo no me quedo con los detalles que muchos se quedan mirando, poniendo peros para no dar una mano, acá el detalle mas importante es aliviar el sufrimiento de tu hermano porque sino, nos convertimos en burócratas.
Yo le pido a la audiencia que se comprometa, sienta ese deseo de ayudar y de despertar su corazón a la realidad de la vida verdadera, no a la vida de fantasía que están viviendo - porque lamentablemente - el ser humano de hoy, existe pero no vive. No se da cuenta de lo que es estar vivo y por eso la situación social es cada vez más destructiva y desastrosa. Ayudarnos puede ser una manera de despertar si el corazón esta dormido.
J A R:
Ramón, hay dos cosas que me gustaría aclarar y otra que me gustaría colocar algún detalle. Primero, que cuando vos hablas de hacienda, que la gente no piense que son cientos de animales que se trasladan de un lugar a otro, estamos hablando de cabritos o algunas ovejas para subsistir, son los animalitos de los cuales se les extrae la leche y de vez en cuando usan el cuero para taparse.
La otra cosa es que cuando la gente da muchas veces, lo hace para quedarse en paz consigo mismo, es decir, para sacarse las culpas de encima y no es así. Vos hablaste de los hermanos, es decir que el dar igual que el recibir, debe partir de la sensación de que el que esta al lado nuestro, o lejos nuestro, es nuestro hermano y que la entrega o la colaboración no es un acto de autosatisfacción, sino un acto de profundo sentimiento espiritual y de participar incluso del sufrimiento de esa gente.
Ramón, si alguien quisiera colaborar con ustedes ¿Cómo puede hacerlo?
R G:
Pueden hacerlo por teléfono, visitando nuestra pagina web y sino, en Rosario esta un amigo en común que se llama Daniel Rodrigo y a través de el recibimos las donaciones que le acercan a esa ciudad.
J A R:
Te agradezco mucho Ramón porque tus palabras enaltecen nuestra labor en la radio, sabes que podes contar con nosotros para lo que necesites y le decimos a la audiencia y a nuestros lectores que tomen enserio el gran trabajo que están haciendo y que se den cuenta, del esfuerzo y que colaboren con la Fundación Los Niños de San Juan.
R G.
Antes de despedirme, quiero decir algo. Con respecto a la hacienda muy bien hiciste en aclarar porque hablamos de 10 cabras y 5 ovejas.
Cuando yo digo que aprendamos a compartir quiere decir que no es dar lo que a mi me sobra, el compartir es dar lo que tengo. Eso es amor al prójimo.
Aquí la gente en los cerros es mucho más elevada espiritualmente que nosotros pese a sus necesidades, aquí no se tiene sentido de la propiedad como lo tenemos nosotros, delante de ellos somos pobres mendigos espirituales.
Cuando ellos se dirigen hablando a la hacienda ellos no dicen "MI hacienda", ellos dicen "LA hacienda" ellos no utilizan la palabra MI, acá el sentido de propiedad no existe.
Junto a ellos sigo aprendiendo un montón de cosas, desde el compartir, hasta el desapego porque ellos, no tienen el sentimiento de la mezquindad que tenemos nosotros, ellos se encuentran mas cerca de Dios que nosotros.
Si querés colaborar con la Fundación te mostramos como hacerlo






Del libro:
El Profeta - Khalil Gibrán - El dar
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