HACIA EL MÁS ALLÁ IRÁ EL JUSTO

18.03.2021


DEL CIELO A LA TIERRA

HE ESCRITO EL 18 DE MARZO DEL 2021
AGUSTIN SAIZ CONTINÚA INTERPRETANDO LAS PROFECÍAS Y PSICOGRAFÍAS DEL VIDENTE ARGENTINO BENJAMIN SOLARI PARRAVICINI.
LEAMOS Y MEDITEMOS.

EN FE
G.B

LA PALOMA SOBRE EL OCEANO (URUGUAY)
18 DE MARZO DEL 2021

Benjamin Solari Parravicini (1889-1974), nacido en Buenos Aires (Argentina) el 8 de agosto de 1889, es un pintor y escultor argentino. Conocido por las psicografías proféticas que diseñó, organizó numerosas exposiciones de arte y conferencias en Buenos Aires.
Hizo más de 700 psicógrafos con un dibujo y un pequeño mensaje y la mayoría de ellos resultaron ser correctos, profecías de eventos anticipados por este notable vidente.
En América Latina es considerado por muchos un profeta.


"Hacia el más allá irá el Justo"

De Agustín Saiz El joven que se pierde en el atardecer y que vuelve meditando, después de recorrer una de las laderas del Etna, no puede imaginar que aquello que busca conocer, es su destino grabado en la memoria eterna del cosmos.

Una certeza secreta lo colma de alegría mientras retorna hacia su hogar. Chispas de un fuego de otro mundo, emergen en su pensamiento en formas de preguntas que no necesitan respuestas.
En el camino, los vidrios de las ventanas de las casas por donde pasan, van reflejando sueños que al mismo tiempo son observados por alguien más, tal vez décadas, milenios o eones antes de que naciera.
Es que el infinito le tiene reservado una puerta y los profetas y videntes lo saben.
La mano misteriosa de un Dios de mil ojos, les mueve la pluma. Uno de ellos escribe algo y luego calla. Entrega un papel con las palabras precisas "Hacia el más allá ira el justo" y no hay nada más que aclarar para aquellos que lo leerán.
Una lágrima de júbilo, se desprende para devolverle toda la sal que le tomo prestada al mar de Sicilia. La desolación es tan profunda, que solo puede ser llenada por el universo nuevo que se abre paso. La cruz desde el principio de la creación había marcado este tiempo y este espacio para que el milagro que debía ocurrir, finalmente ocurra. La semilla que creció en soledad, abrazada en el celo de Dios, ha dejado caer un fruto delante a millones.
Ni en el Cielo ni en la Tierra nada volverá a ser lo mismo.
Ahora, es posible recordar algunos días en Montevideo, cuando era Marzo y el aire cálido nos llenaba a todos de esperanzas. En aquel entonces Giorgio visitaba obstinadamente a sus hijos y les regalaba su presencia para que recuerden siempre que eran suyos. Les transmitía su filosofía y entre sus experiencias contaba que una vez Falcone, se le había aparecido para recordarle que debía avanzar hacia la causa. Y no al revés.
Desde entonces los días que se sucedieron fueron formando una escalera cuyos peldaños lo condujeron a su destino.
Aquel destino que siempre supo que estaba cerca, desde el momento que bajo por primera vez, por la ladera de la montaña del sagrado Etna.
La lava, el sol y su sangre, siempre ofrecieron lo mismo.