MAFIA 

18.07.2021

Es importante entender que la mafia no es algo desconectado de Latinoamérica, aunque sea patrimonio de Italia, es solo su cuna. Lamentablemente esta metodología de corrupción masiva se ha enraizado también aquí como en el resto del mundo.

Sabiendo que su negocio  es el narcotráfico y el tráfico de armas podemos afirmar que  la mafia es sin duda uno de los  signos mas importantes de estos tiempos, un sistema corruptor que debemos combatir en honor a todos los que a sabiendas de su destino siguieron adelante honrando su profesión y compromiso en administrar justicia.

Este es el caso de algunos de ellos y que presentamos con este impecable y aclaratorio articulo publicado por la revista Antimafia Dos mil.

NDR HAV 


Por Alejandro Díaz-17 de julio de 2021

Un silbido sostiene la imagen, y el cuerpo vibra desde fuera hacia dentro. Toda la piel se eriza por un instante, que ante la supresión del aliento, se hace eterno. Todo se vuelve confuso. Todo es explosión. Ese momento, dramáticamente esperado, finalmente se hace presente. Es en ese instante que muere un justo y nace un mártir.

Foto de castelbuono.org
Foto de castelbuono.org

Es 19 de julio de 1992, un coche bomba explota en vía D'Amelio. Una calle de un barrio residencial, al pie del monte Pellegrino, a pocas cuadras del puerto de Palermo, una calle surcada por edificios a ambos lados. Un lugar tranquilo. No hay laboratorios químicos, ni arsenales de armas, no hay edificios representativos de extremos políticos, no hay instituciones gubernamentales, no hay nada atípico. Una simple calle de doble mano donde vive el pueblo palermitano. El estruendo hizo vibrar las ventanas a varias cuadras de distancia. Desde algunos rincones se ven las columnas de humo. Uno podría decir que fue un accidente, una fuga de gas quizás. Es un domingo cualquiera; en uno de los edificios una señora ya anciana, Maria Pia Lepanto, se preparaba para recibir a su hijo: Paolo Borsellino.

Minutos antes de la explosión, en la calle, un movimiento de autos alteró momentáneamente el ritmo de la cuadra; un grupo de personas se movieron en bloque, aunque intentaron aparentar normalidad, su constante mirar a uno y otro lado dejó de lado cualquier discreción. Desde hace 57 días están en alerta máxima. Desde hace 57 días el hombre custodiado espera; espera por aquel momento.

No espera por morbosidad, ni tampoco por cansancio, espera porque conoce; conoce a su enemigo. Un enemigo que no amenaza, avisa. Un enemigo con un historial de sangre que se ha llevado a muchos de sus colegas y colaboradores. Un enemigo que hace 57 días asesinó a Giovanni Falcone, su amigo, su confidente, su compañero de cuadra, su socio en esta empresa heroica conocida como Pool Antimafia, que a pura valentía y rabia se paró de frente a un poder arcaico acostumbrado a la soberbia y al sometimiento, a la sujeción, a la intimidación; un enemigo acostumbrado a la omertá.

A las 16:58 de aquel domingo, la bomba explotó dando muerte a Paolo Borsellino y a cinco de sus escoltas: los agentes Agostino Catalano, Vincenzo Li Muli, Walter Eddie Cosina, Claudio Traina y Emanuela Loi, la primera mujer en formar parte de una escolta.

Todos y cada uno de ellos esperaban el momento. La valentía, la determinación, la vocación de servicio, la confianza en aquel hombre, en su visión, fueron determinantes para vencer cualquier duda. Solo salvó su vida Antonio Vullo, que al momento de la explosión se encontraba estacionando el coche posicionándolo para la salida; en sus declaraciones ante los tribunales recuerda: "luego de la explosión fui envuelto por una nube caliente, quede tirado dentro del vehículo, cuando logre salir vi que todo estaba destruido, vi a Cosina que era el conductor del otro automóvil, empecé a girar sin rumbo, intentando encontrar ayuda y ayudando a mis compañeros".

La investigación judicial por el atentado atravesó múltiples etapas a lo largo de los años, y estuvo siempre atravesada por la agenda política de la época, así como también por los intereses corrosivos de aquellos sectores que estaban involucrados en las sospechas que el magistrado llevaba adelante, o en el mismo atentado.

En un primer momento, teniendo en cuenta la gravedad del atentado y el antecedente del asesinato de Giovanni Falcone de días antes, se conforma el equipo de investigación "Falcone-Borsellino". Este grupo estuvo a cargo del agente de policía Arnaldo La Barbera, quien era el jefe de la Squadra Mobile de Palermo que cumple tareas de policía judicial. Las indagaciones llevaron a la detención de Salvatore Candura y Vincenzo Scarantino quienes se auto incriminaron por el robo del Fiat 126 que fue utilizado para el atentado, donde fueron utilizados casi 100 kg de trotril. Luego de algunos días Scarantino comenzó el proceso de colaboración con la justica. Desde un principio, sus "colaboraciones" fueron sospechadas por parte de la magistratura, estando entre ellos el entonces fiscal Antonio Ingroia, quien desconfiaba de sus declaraciones, e incluso llego a no tenerlas en consideración en otras investigaciones.

Pero la presión mediática, las multitudinarias protestas, la indignación que invadió al pueblo italiano ante la brutalidad y el atropello, obligaron a los funcionarios a buscar respuestas, y en algunos casos a crearlas. Las declaraciones de Scarantino ayudaron a consolidar la hipótesis de que el asesinato de Borsellino se había precipitado luego del atentado a Falcone, y que era una acción decidida en manera conjunta por toda la cúpula de Cosa Nostra. En base a esto, rápidamente se lograron condenas, que, aunque importantes, lejos de alimentar las investigaciones de Borsellino, terminaron enterrando el caso y cubriendo nuevamente con un manto de misterio e impunidad aquellas mentes refinadas que se escondían detrás de Cosa Nostra. Falcone lo sabía, Borsellino lo sabía y por eso fueron asesinados.

Hacia 1998 durante la segunda etapa de la investigación, serían condenados en primera instancia los mandantes del atentado, entre ellos el capo histórico Toto Riina; Scarantino "sorprende" a todo el mundo desdiciéndose de sus declaraciones. Negó haber formado parte del robo del vehículo y acusó a Antonio La Barbera (el policía que lideró la investigación, y que luego se comprobó formaba parte del Servicio de Inteligencia), de haber forzado sus declaraciones a base de intimidaciones y apremios. Estas situaciones quedarían evidenciadas años más tarde, con las declaraciones de Gaspare Spatuzza, quien en 2007, aclaró las situaciones. Las declaraciones de Spatuzza a diferencia de Scarantino, cuentan con la total confianza del tribunal palermitano.

Las afirmaciones de Spatuzza cambiaron el rumbo de las investigaciones, que hasta el momento se centraban en la pista de Santa Maria de Gesú, e involucraban al capo Pietro Algieri, investigado también por otros atentados. Spatuzza señala a los Graviano y al clan de Brancaccio como autores de la masacre. También incluyó la presencia de un hombre ajeno a Cosa Nostra durante el momento en que se "armaba" el coche bomba, en sintonía con aquella hipótesis que señalaba, que, en el atentado, había interesados que no pertenecían a Cosa Nostra.

Pero Cosa Nostra desfiló por el banquillo de los acusados; y no solo los ejecutores, también los instigadores de la matanza fueron procesados; luego de la condena de Riina vendría la de Provenzano, y tiempo después también la del súper prófugo (hasta hoy) Matteo Messina Denaro, quien fue condenado en ausencia.

Pero lo más notorio quizás de las investigaciones del atentado contra Paolo Borsellino, sea la fractura de aquella coraza de silencio y misterio que siempre rondó entorno a la visible Cosa Nostra. La identificación y condena de elementos de los servicios secretos italianos en la ejecución y posterior encubrimiento del atentado rompieron todo esquema, y pusieron de manifiesto que los intereses políticos de Cosa Nostra tenían raíz en centros poder capaces de manipular el Estado desde dentro.

Oportunamente, el fiscal Nino Di Matteo, lo explicaba de la siguiente manera: "Estaba claro que en el programa original de Cosa Nostra intervino un repentino factor de aceleración, se abrieron más líneas. Una de ellas condujo a la Tratativa Estado-mafia. Otra fue la de los contratos de la mafia, sin embargo nos concentramos en algunas de las expresiones del Dr. Borsellino, como las de la entrevista con periodistas franceses, en la que habló de investigaciones sobre Dell'Utri, (la mano derecha de Silvio Berlusconi en Forza Italia); y otra concedida al periodista D'Avanzo en la que dijo que iría a Caltanissetta para informar sobre una serie de circunstancias útiles para comprender quién y por qué había matado a Falcone, refiriéndose a los hechos; y luego la consideración sobre Provenzano y Riina de que "como dos boxeadores se enfrentaban dentro del mismo ring" en un momento en que muchos pensaban que Provenzano estaba muerto y que no había oposición posible".

Tanto Borsellino, como Falcone sabían de estas líneas de investigación, fueron ellos los que las abrieron. Fueron ellos quienes encontraron el hilo conductor entre la mafia, la masonería, los empresarios, los políticos y los servicios secretos desviados.

Quizás, estos eran los datos existentes en aquella "agenda roja", en la que Borsellino volcó sus últimas reflexiones (continuará).

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https://www.antimafiadosmil.com/index.php/archivo-tematico/mafia-italiana/6645-es-en-ese-instante-que-muere-un-justo-y-nace-un-martir

¿Qué nombres y qué números de cuentas bancarias estaban escritos en aquella agenda roja? 

antimafiaduemila.com
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Por Alejandro DÍaz-19 de julio de 2021

"Hay una foto de un carabinero que se aleja de vía D'Amelio pocos minutos después de la explosión, llevaba el maletín de Borsellino en sus manos".

Corrían los últimos meses del 2004, cuando esta determinante información fue compartida por una fuente periodística a Lorenzo Baldo, miembro de ANTIMAFIADuemila.

Después de las bombas, del ruido y del alboroto, protestas incluÍdas, el sistema volvió a acomodarse; nuevas redes se tejieron, nuevos amigos se saludaron, algunos fueron guardados y otros tuvieron que guardarse. Otros simplemente pasaron a ser rumores. Pero lo verdaderamente importante es que todos dejaron de hacerse preguntas, al menos las incómodas. Solo algunos sostuvieron el aliento, dieron un paso al frente y preguntaron.

¿Dónde está la agenda roja del juez Borsellino?

Borsellino anotaba sus reflexiones, sus ideas y sus hipótesis, en aquella mítica agenda roja. Lo acompañaba a todos lados. Su esposa declararía que aquel mediodía, antes de salir hacia la casa de su madre, Paolo guardó la agenda dentro del maletín, incluso recordaba haber guardado el traje de baño que había usado durante el día.

Luego de la explosión, cuando se hicieron los reconocimientos y las pericias, se encontró el maletín de Borsellino dentro del automóvil "apoyado" sobre la butaca. En su interior estaba el bañador, unos lentes de sol, algunos objetos personales y basta. ¿La agenda roja?

Esta interrogante sería durante mucho tiempo motivo de susurros y de hipótesis que atentaban contra el recuerdo diario de aquellos que convivían con el magistrado. Él llevaba la agenda a todos lados. Y pese, a que las dudas se siguen sembrando, la manipulación que recibió el maletín aquella mañana no hace más que confirmar lo obvio. No solo que la agenda estaba allí, sino que quienes la sustrajeron conocían de su existencia y de su contenido -personas que, seguramente, estuvieron parados frente a ella, mientras el juez escribía- generando contenidos incómodos.

La persona que aparece en la foto prácticamente paseando con el maletín del juez Paolo Borsellino, en medio de un escenario de guerra, es el agente Giovanni Arcangioli, quien lleva colgando al cuello una insignia de la policía. En la imagen se aleja del epicentro del atentado, pese a estar "confiscando" el maletín, el mismo no es identificado, ni etiquetado, ni aportado en ese momento como prueba o evidencia. Llamativamente, o criminalmente, correspondería decir, aparece momentos más tarde en la butaca del vehículo. Nada que envidiarle a la bala mágica que matÓ a Kennedy.

¿Quiénes conocían la agenda? ¿Quiénes conocían la hora y el lugar del atentado? ¿Quiénes arriesgarían tanto, por un simple maletín y un traje de baño?

La manipulación de evidencia, los arrepentidos plantados, los magistrados despistados, el necesario despliegue para manipular todo este abanico de situaciones deja en claro, que quienes estaban atrás tenían mucho poder y acceso a lugares sensibles dentro del Estado.

"Al regresar a la habitación, estaba tan nervioso que venía fumando dos cigarrillos juntos", esta observación hizo en su momento Gaspare Mutolo, el exmafioso, arrepentido y colaborador de la justicia, quien había comenzado a compartir información con Falcone, y que ahora, a días de una nueva tragedia veía cómo Borsellino, intentaba desesperadamente correr contra reloj.

Era el 1 de julio de 1992, faltaban tan solo 18 días para el final.

Borsellino estaba nervioso, porque había descubierto que su círculo de trabajo estaba completamente infiltrado.

"Hoy me dijeron que el general Subranni es un punciuto", triste y atormentado dijo estas palabras a su mujer. Antonio Subranni fue, en el periodo 1990-1993, el comandante del ROS (Agrupación Operativa Especial, en español), el cuerpo especializado de investigación contra la criminalidad organizada dentro del Arma de Carabineros. "Punciuto", significa literalmente pinchado, en la jerga mafiosa esto representa el cumplimiento de aquel ritual en el cual se pincha un dedo y una gota de sangre sella el juramento.

Con el tiempo se revisarían las actuaciones de Subranni, respecto de las investigaciones del homicidio de Pepino Impastato, donde llevó todo hacia la pista terrorista, sacando de foco la responsabilidad mafiosa. También fue indagado por favorecer la situación de prófugo del capo mafia Bernardo Provenzano. Ya en 2018, seria condenado a 12 años de prisión, dentro del juicio "Tratativa Estado-mafia". Pero no fue el único agente de las fuerzas de seguridad involucrado, también fueron condenados Mario Mori y Giuseppe De Dono.

La participación de estos agentes, más de inteligencia que de seguridad, no se limitaba a contener las investigaciones, también creaban vínculos con la mafia para proteger de las masacres a algunos políticos. También fueron probados los contactos entre Mori y Paolo Bellini, uno de los miembros del grupo neofascista Avanguardia Nazionale, con todo lo que eso implica.

El asesinato de Borsellino tenía un único objetivo, frenar las investigaciones.

Luego del éxito del Maxiproceso donde se condenó a más de 350 mafiosos por delitos de narcotráfico, asesinatos y asociación mafiosa, inevitablemente las cadenas de complicidades serían las próximas en ser investigadas. Por un lado, se desarrolló la investigación "Mani Pulite" (manos limpias), donde quedaron en evidencia los circuitos de corrupción y cabildeo en el norte de país, marcando en cierto aspecto el agotamiento de un entramado político, no así de un sistema. Mientras tanto al sur del país, Sicilia vivía tiempos de bonanza, el mercado inmobiliario estaba rebosante y los motivos son ahora claros. También el narcotráfico generaba un flujo de dinero que necesitaba ser blanqueado.

En este contexto, Borsellino avanza con una investigación llamada "Mafia Appalti" (Adquisiciones de la mafia), donde se intentaba echar luz sobre la triangulación entre los políticos, la mafia y los empresarios en su relación con las concesiones y contratos públicos. Las pesquisas quedan a cargo de Mori y De Donno, quienes realizan un informe en donde omiten intencionalmente los nombres de Salvo Lima y Rino Nicolosi, ambos pertenecientes a la Democracia Cristiana, que hasta el momento llevaban las negociaciones con la mafia, o mejor dicho, llevaban las negociaciones con el Estado, porque cuando dejaron de cumplir con los objetivos de Cosa Nostra, Salvo Lima dejo de ser salvo. A esta altura es importante aclarar y destacar el contacto entre Mori y Vito Ciancimino, o don Vito convendría decir. Durante décadas Ciancimino estuvo en las manos de Cosa Nostra mientras gestionaba y administraba los presupuestos públicos de Palermo; fue uno de los tantos condenados por el Pool Antimafia, pero pese a esto siguió siendo un canal abierto.

Estas relaciones entre la política, la mafia y el mundo empresarial se desarrollaban exponencialmente como armónicamente se veían beneficiados cada uno de los componentes. Pero la fuerte presencia del Pool Antimafia, las innovaciones en materia legal que habían logrado realizar, no solo en cuanto a la criminalidad organizada, sino también en la construcción y consolidación de un mecanismo legal, sensato y seguro que transmitiera confianza a aquellos elementos del sistema criminal que quisieran colaborar con la justicia, crearon las condiciones necesarias para que una cultura ya arcaica tuviera una posibilidad distinta.

Esta fragmentación en el muro de secretos permitió que los magistrados identificaran la lógica criminal, y el sistema de complicidades que había detrás no solo de los atentados, de los asesinatos por encargo, de las presiones, sino también de los grandes negocios empresariales y más importante aún, de la agenda geopolítica de un pequeño e internacional grupo.

¿Qué nombres eran los que había en aquella agenda roja? ¿Qué números de cuentas bancarias había en aquella agenda roja? ¿Qué códigos postales tenían las cartas que se barajaban?

Aquellos que contuvieron el aliento y aguantaron la enbestida, no solo de la mafia, sino también de una sociedad propensa a la ignorancia, fueron recorriendo el caminito de migajas que los ahora mártires dejaron. Antonio Ingroia, Roberto Scarpinato, Nicola Gratteri, Giuseppe Lombardo, Sebastiano Ardita y Nino Di Matteo, entre otros, llevaron aquellas sospechas a certezas. Y hoy, casi 30 años después de las masacres podemos afirmar que la verdad puede ser ocultada a algunos, pero no a todos, y quizás por un tiempo, pero no para siempre.

Esta estructura criminal, judicialmente definida como Sistema Criminal Integrado ha formado parte en eventos históricos, geopolíticos de impacto global. Al seguir el entramado de esta red de amigos y de favores, encontramos un sinnúmero de injusticias cometidas en todas las latitudes. Ellos, capaces en algún momento de actos terroristas; ellos, capaces en algún momento de magnicidios; ellos, capaces en algún momento de corromper proyectos económicos enteros; ellos, capaces en algún momento de hacer prevalecer una fuerza política; ellos capaces en algún momento de digitar guerras; ellos, que temen ante estos hombres y mujeres que se resisten a vivir como mártires para sembrar justos, caídos por amor a la verdad.

https://www.antimafiadosmil.com/index.php/archivo-tematico/mafia-italiana/6655-despues-de-la-explosion-no-habra-mas-silencio-porque-paolo-borsellino-vive