MAHOMA

23.05.2020

Muhammad, Mohammed o Mahomet

Profeta árabe, fundador de la religión musulmana (La Meca, h. 575 - Medina, 632). La biografía de Mahoma, de la que se conocen muy pocos datos seguros, nos ha llegado envuelta en la leyenda.

Escasamente en el Corán y la Sira se pueden encontrar referencias a su vida.Mahoma era miembro de la poderosa tribu de los Quraysies aunque la tradición lo presenta como un hombre pobre. A los seis años quedaba huérfano por lo que primero sería educado por su abuelo Abd all-Muttalib y después por su tío paterno Abu Talib. Entró a formar parte del próspero negocio caravanero en la casa de Jadiya, alcanzando el cargo de administrador. La situación de Mahoma cambió cuando contrajo matrimonio con la propia Jadiya, viuda de unos 15 años más que el propio Mahoma, ascendiendo en la escala social y económica. JadiYa le dio una hija -Fátima.

A los cuarenta años Mahoma comenzó a retirarse al desierto y a permanecer días enteros en una cueva del monte Hira, en donde creyó recibir la revelación de Dios -Alá-, que le hablaba a través del arcángel Gabriel y le comunicaba el secreto de la verdadera fe. Animado por Jadiya, comenzó a predicar en su ciudad natal, presentándose como continuador de los grandes profetas monoteístas anteriores, Abraham, Moisés y Jesucristo. Por entonces Mahoma se limitaba a predicar la vuelta a la religión de Abraham.

Gracias a estas revelaciones configuró una doctrina religiosa que extendió entre las personas de su círculo con bastante éxito. Su esposa Jadiya, su sobrino Ali, su hijo adoptivo Zayd o Utman y Abu Bark -futuros califas- siguieron sus revelaciones. Mahoma consiguió sus primeros adeptos entre las masas urbanas más pobres, al tiempo que se enemistaba con los ricos. 

Cuando sus seguidores se hicieron numerosos, las autoridades empezaron a verle como una amenaza contra el orden establecido; se le acusó de impostor y comenzaron las persecuciones. Una parte de sus seguidores huyeron a Abisinia, en donde recibieron la protección del negus cristiano. La nueva religión provocaría un cambio en las estructuras políticas y económicas de la ciudad por lo que Mahoma empezó a ser considerado como un enemigo público.

Sus planteamientos religiosos se extendieron gracias a su incipiente apostolado, llegando a aldeas cercanas Pero las amenazas a la seguridad de Mahoma llegaron hasta tal punto que, después de la muerte de Jadiya y de Abú Talib en el 619, decidió huir a Medina el 16 de julio del año 622. Se considera el momento de esa huida -la Hégira- como fecha fundacional de la era islámica.

A su llegada a Medina se estableció un incipiente estado musulmán alejado del derecho árabe y absolutamente teocrático. Desde ese momento el propósito de Mahoma será extender la nueva religión, planteando la Guerra Santa (Yihad) como vehículo de expansión. La Meca se convertirá en el principal objetivo de las campañas militares, en un primer momento escaramuzas que se convirtieron en importantes victorias militares como la del foso (627). 

Mahoma y sus partidarios suponían cada vez un mayor peligro para la aristocracia de La Meca por lo que se planteó el pacto de Hudaybiya (628) por el que el profeta conseguía importantes ventajas. Será en el año 630 cuando La Meca caiga en manos islámicas de manera pacífica. Tras una importante victoria sobre los beligerantes beduinos de la región, Mahoma regresaba a Medina desde donde continuó con su misión reveladora, atrayendo a nuevos grupos de beduinos, bien por las armas o por la convicción. Dos años bastarían para controlar la península Arábiga antes de fallecer en Medina en el año 632.


OTROS DATOS

" Para el Enviado el comienzo de la revelación fue la visión verídica que se le apareció como el astro del amanecer. Había experimentado la necesidad de retirarse a la soledad en una gruta del monte Hira. Allí las noches de luna resplandeciente se dedicaba a la contemplación: después regresaba a casa con el fin de aprovisionarse para estancias sucesivas. Hasta que la Verdad le llegó inesperadamente diciéndole :
   '¡Mahoma! Tú eres el Enviado de Alá! 
La revelación islámica se denomina tanzil, es decir, bajada. El Corán -- tal como se conserva en su arquetipo celestial, Ummu-l-Kitab --, bajó sobre Mahoma de una sola vez durante el mes sagrado del Ramadán, en la noche de Qadar, por mediación del ángel Gabriel. Después, a lo largo de su misión profética, la bajada se iba efectuando de manera escalonada, según lo requirieran las circunstancias. Los exégetas y estudioso del Corán han escrito numerosos libros sobre las Asbâb al-Nuzûl, es decir, las causas o circunstancias de la revelación.
En los dos últimos años de la vida de Mahoma el Islam se extendió al resto de Arabia, unificando a las diversas tribus paganas que habitaban aquel territorio. Eran un conjunto de tribus semíticas politeístas, cuyo continuo estado de guerra entre clanes les había impedido hasta entonces tener protagonismo alguno en la historia. 

Antes de empezar su misión, algunos profetas bíblicos gozaron de una manifestación divina especial : Moisés y la zarza ardiendo, Isaías y el trono mayestático, Ezequiel y las visiones divinas... Mahoma también.

Fue hacia el año 610. Mahoma tenía cuarenta años, desde hacía quince estaba casado con la rica Khadija, natural de la Meca, y, según sus hagiógrafos, iba todos los años al monte Hira, cercano a la Meca, donde se aislaba del mundo en una gruta. 

El exégeta Al - Tabarí explica como fue la visión inaugural del profeta:

" Para el Enviado el comienzo de la revelación fue la visión verídica que se le apareció como el astro del amanecer. Había experimentado la necesidad de retirarse a la soledad en una gruta del monte Hira. Allí las noches de luna resplandeciente se dedicaba a la contemplación: después regresaba a casa con el fin de aprovisionarse para estancias sucesivas. Hasta que la Verdad le llegó inesperadamente diciéndole :


   '¡Mahoma! Tú eres el Enviado de Alá! 

   Estaba de pie y caí de rodillas al suelo, y, enajenado, eché a correr. 

   Fui en busca de Khadija y le grité : 

   "¡Tápame! ¡Tápame!", hasta que el terror se desvaneció. '


Otra vez se me apareció diciéndome : 

   "¡Mahoma! ¡Tú eres el Enviado de Alá! 

   " Entonces pensé en arrojarme a un precipicio y, cuando me disponía a hacerlo, se me presentó una        vez más diciéndome : 

   "¡Mahoma ! Soy Gabriel y, tú, el Enviado de Alá. ¡ Lee !" 

   "No sé leer", dije. Me abrazó y me apretó por tres veces tan fuertemente que ahogaba; caí a tierra,              exhausto. 

    Y me dijo : "¡Lee en nombre de tu Señor Creador ! " 

    Y leí.

La misión de Mahoma no fue fácil ni un camino de rosas. El Enviado hubo de enfrentarse a los intereses económicos, comerciales y religiosos de las familias adineradas de la Meca, a los beduinos del desierto y, también, a algunos miembros de su propia familia. 

Hubo de luchar también contra los cristianos de Najran y contra las tribus judías de Medina, donde los Qaïnoca, los Banu Nadir y los Banu Qoraïza poseían los palmerales y las mejores tierras. Judíos y cristianos -- a todos los cuales Mahoma acusaba de ocultar y falsificar las Escrituras -- no reconocieron nunca el carácter de profeta que él se atribuía. 

El resultado fue, en una primera etapa, la expulsión de judíos y cristianos de sus tierras : la tribu de los Banu Quraïza fue exterminada; en una segunda etapa, significó la expulsión definitiva de judíos y cristianos de la Península Arábiga. Mahoma es la excepción a la sentencia evangélica de que nadie es profeta en su tierra. Claro que Mahoma se vio favorecido no sólo por el poder de convicción de su palabra, sino por el poder bélico de sus guerreros.

Poco antes de morir, Mahoma realizó una peregrinación de Medina a La Meca, que ha servido de modelo para este rito que todo musulmán debe realizar una vez en su vida.

Cinco veces al día, en el momento de la llamada a la oración ritual, el muecín proclama la xahada o profesión de fe musulmana: "No hay más Dios que Alá y Mahoma es su Profeta" (La ilah il·la Allah wa-Muhammad rasûl Allah!).

Para los musulmanes estas dos proposiciones son dos axiomas teológicos inseparables y complementarios, hasta el punto de constituir el pilar fundamental del islam, el único verdaderamente necesario para ser considerado musulmán. 

Este credo sitúa el binomio Alá - Mahoma en el mismo plano transcendental, manifestando así la gran importancia que el islam atribuye a su Profeta.

La revelación islámica se denomina tanzil, es decir, bajada. El Corán -- tal como se conserva en su arquetipo celestial, Ummu-l-Kitab --, bajó sobre Mahoma de una sola vez durante el mes sagrado del Ramadán, en la noche de Qadar, por mediación del ángel Gabriel. Después, a lo largo de su misión profética, la bajada se iba efectuando de manera escalonada, según lo requirieran las circunstancias. Los exégetas y estudioso del Corán han escrito numerosos libros sobre las Asbâb al-Nuzûl, es decir, las causas o circunstancias de la revelación.

Mahoma fue personalmente el creador de la teología islámica, que quedó reflejada en el Corán, único libro sagrado de los musulmanes; es una colección de sentencias que se suponen inspiradas por Alá y que fueron recogidas en vida.

En los dos últimos años de la vida de Mahoma el Islam se extendió al resto de Arabia, unificando a las diversas tribus paganas que habitaban aquel territorio. Eran un conjunto de tribus semíticas politeístas, cuyo continuo estado de guerra entre clanes les había impedido hasta entonces tener protagonismo alguno en la historia. 

A pesar de haber nacido en una región atrasada y marginal del planeta, y de proceder él mismo de un ambiente modesto, Mahoma convirtió a las belicosas tribus árabes en un pueblo unido y las embarcó en una expansión sin precedentes. 

Al morir Mahoma sin heredero varón, estallaron las disputas por la sucesión, que recayó en el yerno del profeta, Abú Bakr, convertido así en el primer califa o sucesor. del profeta y recopiladas hacia el 650.el primer califa o sucesor. del profeta y recopiladas hacia el 650.