Machu Picchu podría sufrir daños irreparables a causa de los deslaves en las montañas peruanas

22.11.2022
Vista panorámica de Machu Picchu, en Perú / Getty Images
Vista panorámica de Machu Picchu, en Perú / Getty Images

El icónico sitio de Machu Picchu no se escapa del cambio climático, y podría tener daños irreparables a causa de desprendimientos por las lluvias.

Coincidió con el inicio del año. En enero de 2022, las ruinas de Machu Picchu fueron víctimas de intensas lluvias. No sólo eso: por la intensidad de las tormentas -atípicas en esa época del año en Perú-, el centro arqueológico sufrió deslaves y desprendimientos de las montañas. Este cambio en los ciclos naturales, advierten los especialistas de X, son consecuencia directa de la crisis climática.

Machu Picchu no es el único yacimiento que padece el cambio climático. Por el contrario, a arqueólogos alrededor del mundo les preocupa que el patrimonio de sus países pueda desaparecer como consecuencia de los fenómenos naturales cada vez más intensos, desastrosos y violentos que ha traído consigo la crisis. Venecia y las Pirámides de Giza figuran entre ellos. Ahora, Machu Picchu se suma a la lista. Ésta es la razón.

¿A qué riesgos se enfrenta Machu Picchu con la crisis climática?

Perú no es el único país que tendrá que lidiar con las consecuencias del cambio climático sobre su patrimonio. Como reportamos en agosto de este año, en Pakistán se ha presentado un fenómeno similar. De acuerdo con la cobertura de la AFP, las lluvias torrenciales de este año afectaron severamente un antiguo sistema de cañerías en la ciudad de Mohenjo Daro.

Durante la Edad de Bronce, ésta fue la urbe más grande del mundo: logró albergar hasta 40 mil habitantes, con un sistema hidráulico funcional y efectivo. Estuvo tan bien diseñado en la prehistoria que, incluso con las precipitaciones violentas del siglo XXI, ayudó a que el agua pudiera encontrar una salida del centro arqueológico contemporáneo.

Machu Picchu, sin embargo, no se planeó para aguantar deslaves y desprendimientos de esta intensidad. En el siglo XV, los incas construyeron la ciudad como un santuario a Inti, el dios del sol. Escogieron este espacio, a 2453 metros de altura, para estar literalmente más cerca de las alturas:

«QUIZÁS EL MÁS FAMOSO EJEMPLO ESTÁ EN MACHU PICCHU, EN DONDE UN TÍPICO INTIHUATANA O 'POSTE DE ENGANCHE DEL SOL' ESTÁ SITUADO EN EL PUNTO MÁS ALTO DEL RECINTO SAGRADO USADO DURANTE LOS SOLSTICIOS», DOCUMENTA WORLD HISTORY ENCYCLOPEDIA, «PARA CONECTAR SIMBÓLICAMENTE EL SOL A LA TIERRA USANDO UNA CUERDA ESPECIAL».

La disposición y diseño del recinto sagrado también les ayudó a construir su propio sistema astronómico, que empataron con el ciclo agrario local. A pesar de este desarrollo científico y cultural, la ciudad fue abandonada sin razón aparente. De esto han pasado más de 4 siglos. La crisis climática está cobrando facturas altas -que no se habían tenido que pagar en todo este tiempo- sobre el patrimonio.

Aunque las ruinas están catalogadas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1983, se puede hacer muy poco por la estructura ante las inclemencias del medioambiente. Actualmente, el sitio «ha corrido un riesgo muy alto de desprendimientos», según Rohit Jigyasu, del Centro Internacional de Estudios de Conservación y Restauración de los Bienes Culturales (ICCROM). Hoy, con lluvias cada vez más intensas, estos accidentes son cada vez más comunes. Y Machu Picchu es también una víctima del cambio climático.