'Comentaré los hechos que envolvieron a nuestra confraternidad sin juzgar sino a través de parábolas con las que pueden interpretar lo que el Cielo les quiere decir hoy.
Siempre les he dicho que la libertad es sagrada. En mis encarnaciones anteriores, incluso me mataron por la libertad de pensamiento. Cada hombre debe elegir conscientemente su camino. Siempre he pensado esto. Y todo hombre también debe tener el derecho legítimo de cambiar de opinión. Puedo tomar un camino y luego en el camino, sin negar lo que creía, puedo cambiar. Lo que no es legítimo, y ni siquiera deseable, es desvincularse insultando al hermano. Este es un grave error que la ley castiga severamente. En los últimos hechos esto no ha sucedido, al menos frente a mí, y por eso agradezco a quienes han dejado este camino. Estas situaciones en nuestra comunidad ya han ocurrido en 50 años de historia. No les sorprenda que dentro de un mes o dos otros hermanos se despidan de nuestra Obra con un mensajito como una carta del banco. Esto es parte de la vida. Quienes emprenden nuestra misión saben que Jesucristo es el único infalible y saben que sólo somos hombres que intentamos imitarlo en pequeña escala.
Ustedes saben que tuve un maestro, Eugenio Siragusa, a quien quería tanto que lo llamaba papá y padre. Fue un contactado, pero también un filósofo, un científico del espíritu que en un momento experimentó una pequeña prueba de Cristo. Eugenio fue denunciado ante la justicia por algunos de sus representantes de las arcas de aquella época por plagio, violación, estafa y violencia agravada. Se trataba de acusaciones infames e inexistentes que de hecho encontraron absolución plena con fórmula plena porque el hecho no existía. Eugenio no había cometido ningún delito... por eso quiero invitarlos a reflexionar sobre esto: por qué unos hermanos que veían en Eugenio a Adoniesis, el Padre Eterno, el maestro o el apóstol Juan, ¿se levantaron una mañana y comenzaron a acusarlo de esos crímenes terribles?
¿Por qué Eugenio fue acusado por aquellos que más lo amaban, o que al menos formalmente demostraban a todos su amor por él?
Esos hermanos de las arcas del pasado que difamaron a Eugenio, luego causaron mala impresión en los tribunales, ya que también tuvieron que pagar las costas judiciales dada la absolución. Deben saber que eran hermanos a los que Eugenio entonces sintió como hijos y por eso los quería mucho y también les mostraba su naturaleza humana de padre. Todos nosotros por nuestro padre y nuestra madre también estaríamos dispuestos a dar la vida a pesar de las peleas normales en una familia y a pesar de los errores que un padre puede cometer. Ambos padres sacrificaron sus vidas por nosotros. Ellos son los que nos criaron y mantuvieron y no podemos liquidarlos ni tirarlos a la basura por un problema, aunque sea grave.
Les traigo esto para darles la siguiente enseñanza: cuando descendemos al nivel humano nos dejamos tentar. Y les digo más: incluso Jesús tuvo problemas con los hermanos de las arcas del pasado porque cuando comenzó a elevar el discurso, incluso material y físicamente, llevándolo a un nivel incomprensible para la naturaleza humana, fue abandonado por muchos de ellos y esto también sucedió en el momento de su detención.
En cuanto a las deserciones de las arcas del pasado, les recuerdo este episodio de la vida de Jesús.
Cuando Jesús reunió a los 12 apóstoles y a los 72 discípulos, entre ellos había también varias personas, que hoy podríamos definir como simpatizantes de la Obra del Señor. En cierto momento Jesús dijo a la asamblea: "De verdad, de verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadero alimento y mi sangre verdadera bebida" (Juan 6, 53-56).
En ese momento unos hermanos, representantes de las arcas de la época, querían que Jesús repitiera lo que decía porque no entendían lo que decía. Una vez repetido el concepto, algunos de ellos, amigos íntimos y cercanos de Jesús, se levantaron y se fueron diciendo que era un necio porque los invitaba a comer su carne y beber su sangre.
Estos hermanos cercanos de Jesús hasta hace poco afirmaban que Él era el Cristo, el Hijo de Dios y que todo lo que les decía era ley. ¿Por qué se fueron al día siguiente habiendo oído aquella sentencia pronunciada por el Señor?
Con lo que les he dicho quiero darles esta enseñanza: si queremos ser serios y emprender un camino espiritual, y saben que en el mundo hay muchos caminos espirituales y comunidades como la nuestra, debemos ser creíbles aun cuando nos vamos; creíble con las personas con las que hablamos. Y el ejemplo de aquellos hermanos que abandonaron al Señor en este sentido es apropiado. Hasta el día anterior estuvieron con Él a su lado y entonces se fueron y hablaron a la gente que antes los había visto con Jesús o los había oído gritar a los fariseos que Él era el Hijo de Dios. Cuando abandonaron el camino del Señor, estos hermanos no demostraron su seriedad porque no se pueden ir por una frase o algo que no se entiende mientras que hasta el día anterior se decía que Jesús era el Hijo de Dios, que era infalible y que cualquier cosa que dijera, venia del Padre!
Si hacemos como ellos, una vez que salgamos al público nos pedirán estas cosas y debemos ser serios y explicar por qué hasta la noche anterior se halagaba y veneraba a una persona y al día siguiente se convierte en el demonio.
Si se deja un camino como este aquí, espera encontrar quién entre la gente te preguntará: ¿por qué Jesús o Eugenio fueron antes Padres Eternos y hoy son falsos para ti? Y el público pedirá cuenta de quién hizo la bandera. Quien se comporta así no es creíble.
La enseñanza entonces es esta: cuando hablas debes medir tus palabras y si prometes algo entonces debes cumplir tu palabra porque lo más indigno que puedes hacer es dar tu palabra y luego no cumplirla. Así que antes de decir 'tú eres el Hijo de Dios, tú eres el maestro' o frases como 'doy mi vida por ti' ¡piensa muy bien! Es mejor decir 'te sigo hoy y, como también eres hombre, sé qué haces cosas de humanos, pero mientras pueda te sigo'. El día que vea que tus cosas humanas no las entiendo, entonces me iré. ¿Me aceptas así?', y yo diría '¡claro que sí!'.
Todos esos hermanos que me adoran y me halagan yo ya sé cómo se comportarán en el futuro. Todos los que me han dicho Cristo o Padre Eterno se han ido. Así que cuando me halagan ya sé lo que va a pasar a partir de ahí, aunque no les diga. Ya sé de antemano que los que me halagan me dejarán.
Cuando ven estos Signos sangrantes se emocionan y lo acepto pero si sienten desde el fondo de su corazón llamarme maestro o el Ungido del Señor, tengan mucho cuidado porque entonces vendrá nuestro enemigo y les preguntará si realmente están seguros de esto o si solo es un charlatán que habla mucho y por hacerlo luego cae en la tentación.
Los hermanos que abandonaron a Eugenio y lo calumniaron, haciéndolo arrestar, le causaron este sufrimiento ligado al hecho de que les manifestó su naturaleza humana. Por eso quiero decirles: ¡nunca hagáis un Dios a vuestra imagen y semejanza!
Entonces también me gustaría decirles otra cosa: a veces me he hecho preguntas y las he dejado en espera. La respuesta verdadera y profunda no estaba seguro de tenerla, aunque estuviera dentro de mí. Y cuando me pasó esto, el demonio apareció para hacerme las mismas preguntas. Y a él debo responder porque de lo contrario el Padre ve que no soy fuerte.
El demonio me preguntó: '¿Cuál es realmente, para ti que dices ser discípulo de Dios y de Cristo, lo que más amas? Y no me respondas que amas a Cristo, sino dime ¿qué es lo que más amas de tu vida humana y espiritual? Y no me digas que amas más que a todos tus hijos, a tus hermanos, a tu esposa o a Dios porque esa no es la respuesta que quiero. Quiero una respuesta tuya que me convenza y si me convences me tengo que ir'. Y luego continuó: 'Tienes que adivinar, leer mi mente y entender por qué te hago esta pregunta'. Sabes que el demonio está enviando por Dios y por tanto es el Padre quien quiere la respuesta a esta pregunta. Y entonces respondí esto y espero que ustedes también hagan suya esta reflexión: 'Lo que más feliz me hace, querido Satanás, es que cuando me presente al juicio de Dios, me sentiré bien. Me presentaré serenamente porque sé que Él me juzgará, sé que lo hará con severidad y sé que Él sabe todo de mí. Así que no puedo mentirle.
Lo que más me gusta y me hace más feliz es el juicio de Dios, esto se lo dije a satanás. Este es el valor, la acción y el evento que me dará la mayor felicidad. El día más importante de todas mis encarnaciones y de toda mi vida espiritual será cuando Dios me juzgue porque sé que Él será justo, sé que Él sabe toda la verdad y sabe que le he dado todo, mi vida entera, incluyendo mis pecados. Dar la vida a Cristo significa no sólo darle nuestras virtudes sino también ofrecerle nuestras debilidades y los pecados que hemos cometido al equivocarnos y ser hombres. Esto me lo enseñó Jesús en el Getsemaní cuando dijo: 'Padre, aparta de mí este cáliz'. Él nos enseñó a ofrecer nuestros errores también al Padre y lo hizo para enseñarnos y no porque Él se había equivocado, dada su naturaleza perfecta. Y en ese momento Dios realmente lo había abandonado porque Jesús estaba pidiendo cosas que Dios no podía hacer. Entonces, para darnos la enseñanza, Jesús dijo al Padre: 'Hágase tu voluntad'.
Entonces lo más verdadero, satisfactorio, gozoso y maravilloso para mí será el juicio que me hará Dios. Pero también ustedes deben pensar que Dios los juzgará porque ustedes y Dios saben toda la verdad y, si la verdad está de su lado, serán recompensados, pero si la verdad no está de parte de ustedes y han mentido, han sido mentirosos y necios, lo pagarán. Así que el problema es individual. En ese momento solo estaremos nosotros y el Padre Eterno. No estará la confraternidad
Por la noche, cuando vamos a dormir, aunque tengamos cerca a una pareja o un marido, estamos solos con nosotros mismos. Nadie sabe lo que sentimos por dentro, pero hay un huésped invisible que es Dios y que lo sabe todo y escucha todo en lo profundo de nuestros pensamientos. ¡Él sabe todo sobre nosotros!
Por eso he aprendido algo que deseo compartir con ustedes: el mandamiento de Jesús 'No juzguen' significa 'No se permitan entrar en la conciencia y en el espíritu de sus hermanos porque solo Dios sabe lo que hay en lo profundo de sus corazones. Podemos juzgar si se cometen delitos, pero si no se han cometido delitos, no podemos juzgar lo que el hermano está haciendo porque, si no es un delito, hay que respetarlo.
Entonces les hago dos recomendaciones. La primera es estar atentos a como hablan: no exalten a los hombres hacia el Olimpo de los Dioses y cuando estos hombres ya no los satisfacen, desde el Olimpo de los Dioses los arrojan al pozo del infierno porque eso significa ser esquizofrénicos. Es mejor estar siempre vigilantes y no dejarse llevar por la pasión exaltando a un hombre. Adular, exaltar y dejarse llevar por la emotividad es indicio de una carencia emocional que luego puede transformarse en la destrucción de quien se exalta y esto lo escuchamos todos los días en los noticieros. ¿Cuántos crímenes pasionales cometen los maridos que están súper enamorados de sus esposas, exaltándolas a Diosas y luego, cuando éstas se quieren ir y los dejan, las asesinan? Primero consideraban a esas mujeres como Vírgenes en la tierra y luego, en medio de la exaltación, entra en ellos el demonio que susurra otra cosa. Y he aquí que estos hombres, llenos de ira, matan. Este sistema violento, esquizofrénico y arrogante nosotros debemos abatirlo.
Sin embargo, otra cosa es si una persona quiere tomar un camino diferente al nuestro. En ese caso será hermoso encontrarnos de nuevo para colaborar. Esto sería deseable, evolutivo y coherente.
La segunda recomendación que quiero hacerles es esta: cuando están serenos y no tienen miedo del juicio de Dios están siempre en la Verdad. Si dentro vuestro tienen miedo del juicio de Dios, es difícil que estén realmente en la Verdad. Espero que hayan comprendido lo que he querido transmitirles.
La segunda parte del discurso que quiero decirles hoy es que nuestro camino es el más difícil de cumplir. Comprendo, por lo tanto, las divergencias y las disociaciones, porque el nuestro es un camino insoportable; nuestro camino está en las trincheras y, lamentablemente, tanto el comandante como los soldados no tienen recambio, es decir, no van de vacaciones. Solo estamos nosotros. Por lo tanto, nuestro camino es insoportable porque es estresante, porque es el camino de Cristo en la calle. Tú puedes servir a Cristo incluso en casa o yendo a misa, pero si decides servirlo en la calle debes ensuciarte las manos, como nos enseña Don Ciotti. Esto significa que en el camino que estamos recorriendo, con tal de continuar la guerra contra el Anticristo, somos conscientes de que podemos equivocarnos porque luchamos día a día en la calle.
Si una persona conduce bien el auto, pero a veces se equivoca de dirección, ¿significa esto que apesta o que no merece nada?
Por esta razón debemos constatar los hechos y las acciones y no las impresiones personales o las sensaciones que tenemos porque si juzgamos las sensaciones y las impresiones y echamos a la basura todas las acciones realizadas, Somos Judas, hipócritas y fariseos que filtran el mosquito y se tragan el camello.
Nuestro camino es el más difícil porque en el momento en que se predica la espiritualidad, la meditación, la oración, la observación de las naves extraterrestres, los mensajes espirituales, no se arriesga nada y no se erra. Uno se mantiene en lo correcto, pero no se es operativo. En el momento en que eliges ser operativo en la calle te acercas cada vez más a Cristo con la cruz. Esto significa que te equivocarás porque si nunca se cae, significa que tu mensaje no es verdadero, sino que simplemente está pre armado.
Quienes viven solo de la espiritualidad y poco o nada en la acción son mentirosos y falsos porque viven una impresión que no existe o dicen que sirven a Cristo como los cardenales de la Iglesia Católica mintiendo.
Por lo tanto, acción, activismo y revolución es lo que nos debe guiar. De esta manera estamos con Cristo. Y además de esto, también añadimos el error en el camino porque si uno no comete ni siquiera un error, significa que no es portador de un mensaje verdadero sino de un mensaje falso, pre armado y solo en apariencia perfecto. El verdadero mensaje nuestro es sencillo, no grandilocuente. Y la Verdad cuando está inactiva es perfecta, ¡así que les deseo que se equivoquen mucho pero que actúen! Cuando se les pide la perfección o la verdad dibujada a vuestra imagen y semejanza, se están equivocando y es necesaria la corrección fraterna.
Cuando hablen reflexionen sobre lo que dicen porque Jesús fue muy preciso cuando dijo: "¡No lo que entra en la boca hace impuro al hombre, sino lo que sale de la boca hace impuro al hombre!" (cap.15 11-12). Aquí el Cristo se refería precisamente al Verbo, a la palabra porque lo que sale de la boca sale directamente del corazón y si del corazón salen juicios y malas palabras eso es grave. Estén atentos si salen grandes exaltaciones hacia las personas que aman. Deben tener cuidado de que lo que dicen sea realmente lo que sienten desde el fondo de vuestro corazón porque entonces no pueden decir que el que antes era el mesías ya no les parece bien. Si hacen esto son unos payasos y no serán creíbles ante quien quiere amor y verdad...
Realicen y realicemos juntos el camino que nos lleva al juicio de Dios. Debemos tener la serenidad de decir: 'Señor, aquí me he equivocado y aquí he pecado, pero ¿te he servido? ¿Fue de buena fe? ¿He hecho lo que me has pedido a pesar de los pecados que he cometido? ' Si la respuesta a estas preguntas es si, entonces irás al reino de los cielos.
El valor que Cristo valoraba más que cualquier otra cosa, además de amar al prójimo como a ti mismo, era este: la conciencia de que eres un hombre que peca pero que estás disponible a tu Señor tal como eres y no como quisieras ser. Si dices: Yo quisiera ser Cristo, pero son hombres deben sentirse hombres sabiendo muy bien que no son perfectos. Así que sean conscientes de que quieren ser ustedes mismos y siéntanse felices que irán al encuentro del juicio de Dios que será perfecto.
Dado que la vida siempre te reclama y te acusa de algo, ¿quién es ese hombre, acusado de la vida, tan afortunado de encontrar un juez y un tribunal perfecto? No hay jueces perfectos sino buenos jueces en la tierra. Pero nosotros encontraremos al juez perfecto que desatará todos los nudos.
Lo que me interesa saber de Cristo es esto: aunque yo fuera el que le puso los clavos al Señor, hoy solo quiero saber si he hecho lo que Cristo me ha pedido y si he seguido Su voluntad permaneciendo hombre con mis errores, pero tratando de imitar al Señor. A mí me interesa más esto que saber si era un apóstol o un discípulo. Lo que a mí me importa es la Verdad y esto debe interesarles también a ustedes porque solo la Verdad los podrá llevar serenamente ante el juicio de Dios.
Somos eternos y no podemos morir aunque lo deseemos, porque nuestra patria es la eternidad.
Lo que quiero recordarles a todos es que, si realmente seguimos a Cristo, la gratificación es una tentación de satanás. Esto me lo ha inculcado mi maestro en la tierra Eugenio Siragusa. Y Jesús lo enseñaba a sus apóstoles. Debes servir sin pedir nada a cambio porque solo el hecho de pensar en un beneficio ya no es bueno. Si llevo aquí 50 años es porque nunca me han interesado las gratificaciones. Yo he sido elegido, pero no quería serlo, me lo han impuesto. Así que la alegría que más puedes sentir, si crees en Cristo, es seguir con pasión tu misión, servir y esperar que te persigan. Sé que esto no es humanamente aceptable, pero es el camino de Cristo. Si en cambio eres alabado, glorificado, divinizado y aplaudido, esto no está bien. Yo en el pasado he sido más perseguido que hoy, pero, cuando recibo desilusiones o vivo incomprensiones con mis hermanos que me acusan, doy gracias al Señor porque quiere decir que estoy en el camino correcto porque es Él quien quiere que yo sufra. Además, hay un pequeño detalle: yo llevo heridas que me hacen sufrir cada instante.
Tú, yo y nosotros para evolucionar necesitamos solidaridad y dolor que deben caminar juntos pero el dolor debe entenderse como sufrimiento por amor a los demás. Por lo tanto, si eres incomprendido y perseguido, debes ser la persona más feliz del mundo. Como somos humanos y no podemos soportar esto, entonces disociémonos. Si, en cambio, logramos abrazar plenamente la enseñanza de Cristo y conseguimos soportar las persecuciones, las incomprensiones y las amonestaciones, permanecemos con Él. Para seguir al Señor debes ser perseguido o ridiculizado injustamente, es decir, debes ser ridiculizado y perseguido por Su Causa y debes regocijarte por ello.
Hoy hay un pueblo entero que no cree en Jesús porque está convencido de que Él era un falso profeta. Esto significa que la mente prevalece sobre lo que el corazón siente. Yo solo puedo darles algunos ejemplos: a quien yo más amaba, mi maestro Eugenio Siragusa, me ha echado de casa y me ha dicho: 'Te tienes que ir, ya no eres mi hijo'. Yo, sin embargo, no lo traicioné, hasta hoy, porque sabía que era el Padre quien quería todo eso. No dije que él se equivocó, pero yo conocía su naturaleza humana y sus debilidades. Era tan íntimo con Eugenio que él me había hecho ver sus pecados y me los decía, pecados como cualquiera y no delitos, pero debilidades humanas. Pero yo nunca pensé que él ya no era él por sus debilidades o porque me había rechazado. Esto se llama coherencia, integridad y creer verdaderamente en la Causa que estás sirviendo. No obstante, Eugenio dijo públicamente a todos que yo ya no era su hijo y que se disociaba de mí. Nunca filtré en el sitio las llamadas telefónicas, que él me hacía en secreto, en las que me empujaba a seguir adelante. Así que todo lo que viví, incluso ese gran sufrimiento, era un plan. El mayor dolor de mi vida fue el distanciamiento de Eugenio, pero hoy soy plenamente consciente de que ese fue un sufrimiento Crístico que me hizo evolucionar. Nunca como hoy siento el valor y la enseñanza de mi padre espiritual, pero no soy representante de su obra. Yo no lo negué y no lo traicioné, pero siempre pensé que era un camino necesario para llegar a donde llegué. Uno de los pocos hermanos que entendió esto es Enzo Ranieri que está sentado a mi lado.
Era el Padre en persona quien me estaba haciendo sufrir para hacerme llegar a donde estoy hoy. Así que, aunque Eugenio hubiera enterrado en el jardín millones de liras, eso no habría sido suficiente para convencerme de que él era falso, porque el valor de un hombre, de un mensaje y de una enseñanza no está en la perfección del hombre que lo lleva adelante, sino en su valentía de dar la vida por la Causa. Esto hicieron Peppino Impastato, Falcone y Borsellino o Eugenio que fue a la cárcel sin renegar de sus ideas. Ellos que han dado la vida por la Causa. Dar la cara por la causa es el valor más importante. Lo que importa es que pongas cara y arriesgues tu vida para cambiar la sociedad. Piensen en Pasolini, él con sus pecados humanos, era un hombre como todos nosotros, pero daba la cara y estaba a punto de desenmascarar a quien luego investigarían años después Falcone y Borsellino. Cualquiera que fuera su gusto o su conducta moral, nada podía cambiar el hecho de que él estaba dando la cara y la vida para desenmascarar el sistema que lo mató.
Debemos dejar de ser fariseos, católicos e hipócritas, porque si hacemos esto, significa que estamos crucificando a Cristo. Si nosotros no cambiamos, Él aparecerá cuando regrese de una manera que provocará poderosamente nuestra falsa bondad.
Pasolini era un enviado de Dios para dar a conocer a este pueblo que duerme la verdad. Si él hubiera sido hoy el director de todas las arcas ustedes habrían escapado, ¡en cambio deben crecer! Por eso el Maestro Jesús nos ha dicho: 'Por sus frutos reconocerán quienes son'. El Señor no ha dicho que reconoceremos quiénes son los hombres y su valor por los pecados que cometen o por su orientación sexual. Jesús habló de los frutos. Así que si damos frutos buenos estamos con Dios, a pesar de nuestros pecados... a veces temo que ustedes no leen el Evangelio. Cristo trajo al cielo a un asesino criminal que era el ladrón y mandó al infierno a uno de sus mejores apóstoles que era Judas, quien había hecho por el Señor una obra gigantesca. Solo porque el ladrón dijo que Cristo era inocente, el Señor lo redimió. Estas reflexiones y preguntas debemos hacérnoslas a la noche antes de dormir. Comportémonos estando en nuestro lugar y sin replicar al Padre.
Deben darse cuenta que tengo buenas intenciones y les cuento lo que creo haber visto, pero la razón de mi valor no son los contactos o las visiones místicas que tengo, sino las obras que realizo cada día. Son las que ustedes deben considerar.
Cuando Jesús vuelva, estará como es, sencillo, no será un Dios ya preconcebido a nuestra imagen y semejanza. No nos hagamos expectativas como los apóstoles hace 2000 años. Él volvió a ellos humilde y no usó su poder. Ahora Cristo volverá como juez y quiere encontrarnos trabajando en Su viña. ¡Si no hemos cometido pecados, pero no estamos trabajando en su viña no seremos perdonados! Jesús no quiere personas que no cometen pecados y que no se equivocan. Jesús solo quiere personas que cometen errores y que hacen acciones. ¡A los perfectos Jesús los vomitará de la boca! No busquemos la paja en el ojo del hermano, es decir, sus defectos y pecados, ocultando la viga de la hipocresía que está en nuestros ojos, es decir el ego, la envidia, los celos.
Próximamente mi enemigo me enviará una carta en la que se complacerá del hecho de que en la confraternidad comienza a serpentear el deseo de luchar contra el Anticristo y los demonios interiormente. Y mi enemigo me invitará a escuchar este valor y esta representación porque así él podrá seguir cometiendo los más terribles crímenes y engaños.
Responderé a mi enemigo que no me importa el demonio que llevo dentro. Lo único que me importa es tratar de atrapar a mi enemigo para que no pueda dañar a nadie más. ¡Con o sin mis hermanos lo iré a buscar! '