ENTRE LAS CALLES DE BOLOGNA. NUESTRO COMPROMISO CONTINÚA

En este año de emergencia sanitaria, FUNIMA International se trasladó a varias ciudades italianas para apoyar a las personas y familias que viven en condiciones de dificultad social y habitacional.
Hoy queremos traerte el testimonio del grupo operativo de Emilia Romagna.

De hecho, en Bolonia, junto con otras asociaciones locales, nuestros voluntarios han desarrollado un proyecto de asistencia a personas sin hogar: una red de escucha, apoyo, resolución de problemas y distribución de productos de necesidades básicas, comidas calientes, mantas y ropa.

Se organizaron programando turnos de dos o tres salidas semanales para asegurar la regularidad en el servicio de ayuda, ya que muchos, en Bolonia, cuentan ahora con su presencia en la calle.
La solidaridad es multidireccional: muchos ciudadanos donan ropa, algunos voluntarios hacen la compra, otros preparan la comida y la distribuyen.

Interactuar con quienes viven en la calle a menudo no es fácil, algunos quieren hablar de sí mismos, otros luchan por expresarse en nuestro idioma o, a veces, no quieren hablar en absoluto, están enfermos y no ven un futuro. Pero, nuestros voluntarios quieren dar su apoyo a todos.

"Tener la oportunidad de estar cerca de quienes viven en situaciones de emergencia me hace comprender la realidad con compasión e incluso con emoción, y poder hacer mi aporte me da alegría y esperanza de poder mejorar el estado de las cosas ... (Mateo )

"Preparar comidas para las personas sin hogar y distribuirlas me ha hecho darme cuenta del compromiso que esta actividad supone para todos los voluntarios que la realizan. Es un compromiso que me ha abierto el corazón, que apoyo con ilusión y alegría porque personalmente he visto cuánta necesidad de ayuda hay ahí fuera "(Marilena).

"Lo que me conmueve mucho es cuando algunos de ellos nos responden:" No, gracias, no necesito nada ". No tienen nada y dicen que no necesitan nada (Eliana) "
"... Todo perfectamente arreglado en el carrito de la compra y ya es hora de irse. Llamo a mi hijo mayor y partimos hacia el punto de encuentro.

Me gusta caminar por Indipendenza, Piazza Maggiore, Via Rizzoli y sus alrededores a pesar de la rodilla que nunca deja de hacerse sentir, pero lo que esta experiencia devuelve en términos de amor no tiene precio.

La primera vez, mi hijo de 16 años llegó a casa lleno de preguntas y sobre todo impresionado por cómo las personas sin hogar seguían dando gracias por la comida y la ropa, cómo sonreían a pesar de sus dificultades y más aún cómo entre ellos tenían la disponibilidad de compartir lo recibido.
Llevamos comidas a personas que por elección o por mala suerte en la vida se encuentran sin nada y cuentan solo con quienes se acuerdan de ellos; creemos que hacemos mucho pero como siempre cuando pensamos en llevar ayuda sucede exactamente lo contrario.

Ellos son los que nos enriquecen y nos enseñan las pequeñas grandes cosas de la vida. El agradecimiento, la sonrisa, las ganas de charlar y ser escuchado llenan tu corazón de esas enseñanzas que no se encuentran en la escuela" (Ileana, la madre de Liam de 16 años) "

Giovanni Bongiovanni 

(Presidente de Funima International)
10 de junio de 2021

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