LOS ESTATUTOS DEL HOMBRE

14.10.2023

En estos días en que tanta sangre es derramada, en donde tantos inocentes mueren bajo el yugo de la injusticia, queremos recordar un canto a la libertad y a la relación perfecta que deberíamos tener como humanidad.


ARTÍCULO I. Queda decretado que ahora vale la verdad, que ahora vale la vida, y que tomándonos las manos todos trabajaremos por la vida verdadera.

ARTÍCULO II. Queda decretado que todos los días de la semana, incluso los feriados más solemnes, tienen derecho a convertirse en mañanas de domingo.

ARTÍCULO III. Queda decretado, que a partir de este instante, habrá girasoles en todas las ventanas, que los girasoles tendrán derecho a abrirse dentro de la sombra, y que las ventanas han de permanecer el día entero abiertas hacia el verde donde crece la esperanza.

ARTÍCULO IV. Queda decretado que el hombre nunca más necesitará dudar de los seres humanos. Que cada hombre confiará en su especie como la palmera confía en el viento, como el viento confía en el aire, como el aire confía en el espacio azul del cielo. El hombre confiará en el hombre como un niño confía en otro niño.

ARTÍCULO V. Queda decretado que los hombres están libres del yugo de la mentira. Nunca más será necesario usar la coraza del silencio ni la armadura de palabras. El hombre se sentará a la mesa con el corazón limpio porque la verdad será servida antes de la sobremesa.

ARTÍCULO VI. Queda establecido, por lo menos durante más de 10 siglos, la práctica soñada por el profeta Elías, en la que el lobo y el cordero pastarán juntos y su alimento tendrá el gusto mismo de la aurora.

ARTÍCULO VII. Por decreto inderogable queda establecido el reinado permanente de la justicia y de la claridad y la alegría, será una bandera generosa por siempre resguardada en el alma del pueblo.

ARTÍCULO VIII. Queda decretado que el mayor dolor siempre ha sido y será no poder darse en amor a quien se ama, sabiendo que precisamente esa agua es la que da a la planta el milagro de la flor.

ARTÍCULO IX. Queda permitido que el pan cotidiano ofrezca a cada hombre los signos de su esfuerzo. Pero, sobre todo, que tenga siempre el dulcísimo sabor de la ternura.

ARTÍCULO X. Queda permitido a cualquier persona, en cualquier hora de su vida, usar el traje más blanco.

ARTÍCULO XI. Queda decretado, por definición, que el ser humano es un animal que ama y que por eso es bello, mucho más aún que la estrella de la mañana.

ARTÍCULO XII. Decretase que nada será obligado ni prohibido. Todo será permitido, incluso brincar como rinocerontes y caminar por las tardes con una inmensa begonia en la solapa. Solo una cosa queda prohibida: No hacer el amor.

ARTÍCULO XIII. Queda decretado que el dinero no podrá comprar jamás el sol de las mañanas venideras. Expulsado del gran baúl del miedo, será solo una espada fraternal para defender el derecho de cantar en la fiesta del día que nace.

ARTÍCULO FINAL

Queda vetado el uso de la palabra libertad, será suprimida de los diccionarios y en el pantano engañoso de las bocas. A partir de este instante la libertad será algo vivo y transparente, como un fuego como un río, como la simiente del trigo y su morada será siempre el corazón de los hombres.

Thiago de Melo  

Santiago de Chile, abril del 64.