TOTORA LA REINA DE LOS HUMEDALES

02.11.2023

La totora es una planta típica de los humedales, podríamos decir que por sus propiedades: la reina de ellos, supercompleta, su nombre científico: THYPHA latifolia. Se hibrida con Typhia angustifoloia de hojas más angostas.

Crece en áreas templadas subtropicales y tropicales en todos los continentes (centro y sur de Africa), (Iran) (zonas tropicales y subtropicales de EE.UU y Centro América).

Latifolia conocida como TOTORA en Argentina y Uruguay, en idioma rankulche -TRAPAL- en otros países se la conoce como ESPADAÑA, ENEA o JUNCO DE ESTERAS, es la más extendida de todo el género de thypha.

Se conocen unas 12 especies de las cuales al menos 9 son comestibles.

Crece en cualquier sitio invadido por agua dulce siempre que haya suficiente luz, abunden nutrientes y hasta más allá de los 2000 mts. de altura; también puede vivir en aguas ligeramente salobres.

La totora es una planta nativa emblemática del lago Titicaca con la que antiguas civilizaciones prehispánicas fabricaban embarcaciones y construyeron viviendas o enormes puentes colgantes, entre otras creaciones.

Para recoger totoras hay que encontrar la base de la planta bajo el agua y tirar de ella, si tienes fuerza te puedes llevar la planta entera con rizoma incluido, que puede llegar a medir hasta un metro y medio, es a partir de ahí que se desarrollan los tallos erectos que se elevan y éstos son sin duda el premio gordo, marrones, fibrosos por fuera y blancos y llenos de almidón por dentro, casi como una papa; algunos presentan un brote duro y blanco en el extremo, para la propagación horizontal. Es el punto vegetativo que hace que la totora se extienda por el humedal.

Asados son riquísimos y hervidos se obtiene una pasta blanca de almidón que se puede consumir en forma de harina o de copos; que conforman el 22% de su peso

Los tallos terminan en una inflorescencia en forma de espiga cilíndrica donde se encuentran diminutas flores agrupadas según el género, las femeninas en la parte inferior y las masculinas en la parte superior.

Las flores masculinas se abren para liberar una nube de polen amarillo sulfuroso, si uno logra atraparlas en una bolsa, es proteína pura, alimento de alto valor nutricional con vitaminas A, B, C y E.

La mitad hembra del peciolo parece una salchicha ensartada, verde y delgada, una esponja granulada de ovarios ceñidos que aguardan la llegada del polen. Se pueden hervir en poca cantidad de agua con sal y consumir como un choclo. Para las flores no fecundadas la opción para consumirlas sería como un brochette y su sabor se asemeja al de la alcachofa.

Cuando las flores diminutas maduran forman una semilla adherida a un penacho de pelusa, dando lugar a la imagen icónica de la totora, con su elegante salchicha marrón al final del tallo.

La acción del viento y el invierno la desmadejan y se deshace como algodones, con ella se pueden preparar entonces almohadones y edredones, suave, cálida y absorbente: antiguamente se aprovechaba la espuma como un material aislante que conservaba el calor y servía de pañal.

Como antorcha, tradicionalmente se untaban los tallos con la pelusa más densa con grasa para encenderlas. Los tallos rectos y lisos, casi como una vara de madera se usaban con varios propósitos, desde hacer flechas o fuego por fricción utilizando la espuma por debajo de la vara para prenderla.

Con respecto a las hojas crecen generalmente desde la base y presentan forma lanceolada de tamaño alargado abrazando el tallo desde su inicio, son planas.

Cada una puede llegar a 2 metros de largo y hasta 4 cm. de ancho reforzada por las venas paralelas que van desde el pie hasta la punta encorvada. Estas venas están cubiertas por fibras robustas que sirven de sostén a la planta. Las hojas abiertas y retorcidas son uno de los mejores materiales para fabricar: CORDAJE VEGETAL, PREPARAR AMARRES E HILOS TAN FINOS QUE SIRVEN PARA TEJER. Se puede hasta producir papel.

Al ser una hierba gigante, no tiene un tallo único, sino que las hojas se retraen una sobre otra en capas concéntricas para formar un haz enrollado. Ninguna hoja podría soportar por sí sola la acción del viento y de las olas, pero como la naturaleza es sabia este tipo de formación hace que en conjunto sea más resistente y además la red de rizomas sumergidos le sirve de ancla.

Si quitamos hoja por hoja de afuera hacia dentro; al cortar el pie de ellas fluye un gel, tipo mucosidad acuosa, transparente, al principio parece repugnante hasta que se nota la suavidad en las manos. Los herboristas suelen decir "que la cura crece al lado del problema", como lo demuestra el hecho de que el antídoto para las QUEMADURAS de SOL y los PICORES que produce recogerlas, está en ellas mismas. Limpio, claro, agradable, el gel refresca la piel y es ANTIMICROBIANO, vendría a ser por su efecto balsámico el aloe vera del pantano. Las totoras lo fabrican para defenderse de los microbios y para mantener la humedad en el pie de las hojas cuando baja el nivel del agua.

Son adaptaciones que han desarrollado para habitar los humedales, aunque el pie de las hojas está sumergido, sigue necesitando oxígeno, por eso como si fueran las bombonas de aire que llevan los buceadores se equipan con un tejido esponjoso que tiene espacios llenos de aire, el plástico de burbujas de la naturaleza.

Se trata de AERENQUIMA, una estructura de células blancas tan grandes que pueden contemplarse a simple vista y que crean un flotador acolchado en cada hoja, además que las hojas están cubiertas por una capa cerosa, una barrera impermeable, como un chubasquero que funcionara en sentido inverso, guardando los nutrientes solubles en el interior para que no se filtren al agua.

Todas estas adecuaciones suponen beneficios para la especie, pero también para la gente. Son el material perfecto para levantar un refugio, y antiguamente se utilizaban con ese propósito: las largas hojas repelen el agua y contienen una espuma de celdas cerradas que procura aislamiento. En la temporada seca, éstas se encogen y separan unas de otras permitiendo que el aire entre y ventile el lugar. Cuando llegan las lluvias, se hinchan y cierran los huecos, fabricando por si mismas una cubierta impermeable.

También sirven para fabricar esterillas para dormir, la cera no permite que cale la humedad del suelo y los arenquimas ofrecen aislamiento térmico y una consistencia mullida para un buen descanso con suave aroma a hierba recién cortada.

El paralelismo entre las adaptaciones evolutivas de las especies vegetales y las necesidades humanas es verdaderamente asombroso. Las plantas cuidan de nosotros. Mediante procesos de selección natural las totoras han desarrollado sofisticados ajustes que incrementan las posibilidades de supervivencia en el humedal: las plantas ADAPTAN, las personas ADOPTAN.

Si Seguimos pelando las hojas, en el centro casi se funden con el tallo y aparece una suave pulpa blanca del grosor de un dedo meñique, muy crujiente que se come y se conoce como el ESPARRAGO DEL COSACO, de sabor parecido al pepino. Puede saltearse, cocerse o simplemente comerse cruda.

Tenemos carbohidratos en los rizomas, verdura en los tallos, hojas con las que fabricar esterillas entre otras cosas y además comestibles, podemos fabricar vestidos, cordeles, revestimientos. ¿Qué más necesitamos?

Alguien que vive frente a un totoral no tendría que pasar hambre. Es bueno recordar que EUELL T. GIBBONS un naturalista –entre otras cosas- que vivió en los años(1911-1975), un conocedor de la flora alimentaria de los EE.UU. sostenía que los totorales son los verdaderos supermercados de los pantanos. Ayudó a impulsar el movimiento de alimentos saludables en este país, publicando entre otros libros: Acechando las hierbas saludables.

Y por último podemos mencionar sobre esta planta que actualmente su resistencia a medios anóxicos que significa -estado de escasez o ausencia de oxígeno disuelto en el agua-, y con altos grados de contaminación ha ampliado sus aplicaciones al campo de la fitorremediación, (que es el aprovechamiento de la capacidad de ciertas plantas para absorber, acumular, metabolizar, volatilizar o estabilizar contaminantes presentes en el suelo, aire, agua o sedimentos), en particular en sistemas de depuración de aguas residuales como los humedales artificiales.​ También se estudia su uso como fitoacumulador de metales pesados.

FUENTES : 

EXTRAÍDO DE UNA CLASE DE ETNOBOTANICA DEL LIBRO DE ROBIN WALL KIMMERER, SABER INDIGENA, CONOCIMIENTO CIENTIFICO Y ENSEÑANZA DE LAS FITORREMEDIACION Y DEL LIBRO DE EDUARDO RAPAPORT "PLANTAS NATIVAS COMESTIBLES DE LA PATAGONIA ANDINA PARTE 2"

Foto de portada: Kiril Gruev