YAHVE - ADONAY

26.06.2023

Yahvé es un nombre de Dios insertado en la Biblia para infiltrar al Dios de la materia en medio del pueblo de Israel. Desafortunadamente, la Biblia no siempre ha sido bien traducida. Hay pasajes de la Biblia que Dios ha permitido que se escribieran en Su libro sagrado para probarnos en el discernimiento. Con la venida de Cristo, Dios nos da la gracia porque sabe, que en su pueblo se han creado dos facciones: una corriente que sirve a la materia y otra que sirve al espíritu.

La corriente que sirve a la materia es la mayoría, hoy como entonces. Sin embargo, hay un pequeño porcentaje de su gente que sigue la corriente del espíritu. El pueblo de Israel en Judea hace 2000 años había acordado con el Imperio Romano para no sucumbir. La única facción que se rebeló contra el imperio fue la de los zelotes y la de los esenios. Juan el Bautista y Jesús, pertenecían a esa parte del pueblo que no seguía la materia, sino, que fue iniciado en el espíritu por los esenios. El Sanedrín y los ricos de aquel tiempo buscaban la amistad del imperio y de Herodes, el Silvio Berlusconi de la época, y se habían aliado en el asunto. Yahvé representa precisamente esta corriente entregada al poder y al materialismo, mientras que Adonay encarna la corriente del espíritu.

Yahvé es ciertamente un nombre que pertenece a Dios, pero es un Dios material que no debemos seguir. El Dios del espíritu es el Dios de Cristo, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob que interviene en la historia para salvar al hombre. Dios no interviene en la historia del pueblo hebréo para conquistar tierras y violar mujeres. Aquel es el Dios de la materia. Adonay, en cambio, es el Dios que interviene en Egipto, en Sodoma y en Gomorra. Es el que guía a David en la lucha contra Goliat, contra los filisteos con Sansón. Adonay interviene con Cristo para finalmente liberar a su pueblo de la esclavitud espiritual y directamente decide encarnarse en el Hijo del Hombre para amonestar y dejar claro que había un Dios del espíritu que no quería ser olvidado sino que debía ser servido.

Esto Cristo lo dice claro en muchas frases:

'Ninguno puede servir a dos señores, porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas' (Mt 6,24-34). Las riquezas y Mammon son representantes de Yahvé. Jesús dice claramente que ha venido para traer una nueva ley que lleva a cumplir aquella dada a Moisés. Refiriéndose a la ley de Moisés, también dijo: 'Fue por la dureza de vuestro corazón que Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue así' (Mt 19,8). Todavía refiriéndose a la ley de Moisés, Jesús dijo: 'Habéis entendido que fue dicho: ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo, no os opongáis al maligno; de hecho, si alguien te abofetea en la mejilla derecha, ofrécele también la otra; y si alguien quiere llevarte ante el tribunal y quitarte la túnica, déjale también la capa. Y si alguno te obliga acompañarlo una milla, ve con él dos. Da a los que te piden, y a quien desee de ti un préstamo no les des la espalda. Habéis oído que fue dicho: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos. Él hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos. De hecho, si amáis a los que os aman, ¿Qué recompensa tendréis? ¿No hacen así los recaudadores de impuestos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿Qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto el Padre vuestro celestial (Mt 5-38,48).

Jesús da a entender que algunas cosas de la ley de Moisés procedían de Jehová o de Yahvé.
Está bien servir a Yahveh en la materia y Adonay en el espíritu, pero servir a Yahveh en la materia y repudiar a Adonay es convertirse en anticristos. Puedes usar a Yahveh como una herramienta que te lleva a Adonay y así, el Padre te permite servirle, pero si en cambio, Yahveh te lleva a la perdición entonces, te vuelves enemigo de Adonay.

¡Básicamente hermanos les quiero decir que no traicionen a Dios! ¡Nunca traiciones a Adonay! Amenlo, hablen con Él. ¡Este Padre inmenso lee y sabe todo de ustedes! ¡No le mientan, no piensen mal de sus profetas, no se dejen influenciar por los mentirosos y síganlo! Él conoce todos nuestros pecados, no podemos ocultárselos. Él sabe todo sobre nosotros y sobre mí. Todo lo que necesita es que admitamos esto y luego pidamos perdón. Adonay desea que nosotros seamos sus servidores, que seamos sus activistas que griten en las calles del mundo la Verdad de su Hijo el Cristo.

Nosotros debemos apoyar a Sus profetas porque sabemos quiénes son y que es Él, quien los envía entre nosotros en la tierra, camuflados de jueces, médicos, doctores, misioneros y por lo tanto, debemos seguir el camino que este Padre generoso nos indica y nunca engañarlo. ¡Cuando Él nos da tanto, nosotros le correspondemos! ¡Nunca le decimos no a Dios! Nunca le digamos 'No puedo hacer esto' porque Él, no tolera esta actitud. Podemos decirle a Dios 'Esto no lo entiendo, explícamelo' y Él te lo explicará, pero nunca podemos negarnos a Sus pedidos porque si lo engañamos, Adonay nos lo hace pagar muy caro. Esto se llama la ley de causa y efecto.