12 DE OCTUBRE: INVASIÓN, NO DESCUBRIMIENTO, NADA QUE CELEBRAR 

12.10.2023

Reflotamos este resúmen de una de las tantas entrevistas que le realizamos a Claudia Andrea Gotta, ex Secretaria Nacional de Pueblos Originarios dentro de la Asamblea permanente por los Derechos Humanos. Esto nos decía con relación al último día de libertad en territorios del Abya Yala.

Habría tantísimo para señalar, en principio decir que ese suceso, ese acontecimiento del 12 de octubre de 1492 marcó un quiebre, el comienzo de una larga tragedia que continúa con otros ropajes hasta hoy y que fue la invasión de los territorios libres hasta ese momento de los pueblos de Abya Yala, pero, que también, marcó el inicio -coincido con otros historiadores- de una historia diferente para Europa, no se puede entender Europa, sin América.

Quiero señalar que este fue el comienzo de un gran genocidio con distintas etapas de la invasión, la conquista, la colonización de millones de vidas, pero que además, cambio la territorialidad del Abya Yala para siempre, porque con eso, llego una nueva cosmovisión como única y verdadera, que impusó -o que trato de imponer- hasta el día de hoy. Por suerte, gracias a la lucha y a la resistencia de los pueblos y naciones originarias la colonización no logró borrar las otras cosmovisiones.

Fue el comienzo de la instalación del racismo, del eurocentrismo, de una nueva forma de transmitir la historia desde un lugar negacionista y que comenzó a final del siglo XV.

Es importante recalcar que acá hubo una invasión, no un descubrimiento. 

Una invasión que implicó el descubrimiento y la negación del otro. La palabra indio, se instaló para señalar lo no europeo, lo no español, lo no portugués, o en la América del Norte, respecto a la situación de las que fueron conquistadas por el imperio británico.

Borraron la gran diversidad cultural que existía en estos territorios tanto a nivel de organización sociopolítica, en donde habían desde grandes y poderosos estados, hasta sociedades que todavía vivían en la organización de bandas, de la trivialidad o de la jefatura, que tenían diversos modos de producción y de autoreproducción de la vida material, y que por supuesto, también tenían grandes diferencias con los patrones de asentamiento, desde el nomadismo, hasta ciudades complejas desde el punto de vista urbanístico que no existían en la Europa de entonces.

Hay muchísimo por desmontar - no hay nada para celebrar - es por eso que el día 12 de octubre no es el día de la raza ni el día del descubrimiento, ni es un día de celebración.

El 11 de octubre se considera como el último día de libertad de nuestros pueblos naciones originarias, es el día para repensar la diversidad cultural que seguimos siendo y que sigue siendo negada, más allá de todos los medios legales que se les ha otorgado y reconocido, derechos humanos inalienables a nuestros pueblos, pero que en la realidad no se cumplen, no se respetan. 

Tenemos hasta el día de hoy un genocidio por goteo -podríamos decir- en muchas de las territorialidades, puntualmente, de lo que es hoy nuestro territorio como estado Nación Argentina.

Muchas veces hemos dicho, que esta idea de nación se construyó allá por el ultimo cuarto del siglo XIX, "finalmente como una nación deseada", homogéneamente blanca, monocultural, monolingüe que pretendió borrar a estas otras/otros, componentes de lo que es la población Argentina que son otras naciones, y como incluso, la misma corona española en tantísimos tratados reconoció como naciones.

Esta nación nueva, creada por la oligarquía terrateniente después de estas gestas también mal llamadas, Conquistas del Desierto, porque un desierto no se conquista, se ocupa con tantísimas expediciones en Pampa y Patagonia. Esa oligarquía pensó una Nación sin otras naciones.

Desde entonces, tenemos una serie de desafíos hasta este presente. Desde fines del siglo XV hasta estas primeras décadas del tercer milenio, las poblaciones indígenas siguen siendo invadidas, siguen siendo saqueadas, siguen siendo despojadas de sus territorialidades y no reconocidas con todo lo que implica la riqueza de sus culturas. 

Este triunfo del eurocentrismo, la colonialidad sigue vigente como un proceso que invade todas la áreas y nos ha llevado a la mercantilización de la vida, a una concepción del río, como una hidrovía, a cosas que la ciencia justifica sobre los modos de producción hegemónicos y que nuestros pueblos originarios, estas otras naciones, jamás consentirían como lógicas, porque su lógica, es la de una comunión con las diversidades de la vida que siempre han tenido, sus cosmovisiones, y que nosotros, deberíamos retomar para salvarnos a tiempo.

El capitalismo eurocentrado global comenzó a fortalecerse con la propia invasión de los territorios que hoy se llaman América, el cuál, sigue estando vigente y ha sido naturalizado por el sistema educativo, por los medios de comunicación y por las actitudes de nuestros gobernantes.

No me siento una iluminada, ni aquellos quienes compartimos esta visión somos gente que estamos en una concepción contrahegemónica, sino, que es meramente utópica. Las utopías son necesarias para la liberación de los pueblos.

Han hecho muy bien su trabajo que lleva siglos, diferentes formas de colonialismo siguen reforzando esto.

Vienen por todo desde finales del siglo XV, acá ya no llegan las carabelas, sino, que llegan otro tipo de invasiones que tienen que ver con el extractivismo feróz que se traduce en la extranjerización de las tierras por millones de hectáreas, en la megaminería, en el latifundio transgénico sojero, ni hablar lo que va a ser la explotación del litio en el noroeste argentino con la complicidad de un gobierno nefasto como el de Morales en Jujuy y en tantísimas otras regiones.

Esta es la misma situación de los territorios de una colonialidad - del poder y del saber-, porque esto, no se enseña, no se nos dice, ni en los claustros académicos, ni en los medios de comunicación con debates realmente serios, porque lo que nos estamos jugando acá, es la VIDA.

Los pueblos naciones indígenas han preservado los muchísimos territorios, que nosotros con los lentes colonizados no hemos hecho, viéndolos, como pobres y sin cuidar a la biodiversidad.

La biodiversidad natural y también, la biodiversidad cultural que ellos han heredado de sus ancestros y de otras experiencias culturales milenarias. Esto es realmente muy complejo, de lo que hay hablar con esta crudeza, ponderando la lucha indígena en defensa no solo de sus territorios y de como los conciben, sino, que los están defendiendo para todos.

Nosotros, somos para las grandes corporaciones y los grandes intereses, víctimas de esta situación, no solo los pueblos indígenas.

Sin embargo, ellos son los que resisten, los que ponen el cuerpo, los que entregan sus vidas cotidianamente.

Estamos vulnerando muchos derechos a la vida y -digo estamos- no, porque uno se sienta cómplice, sino, porque uno se siente tan en falta y tan impotente ante estas situaciones. El 12 de octubre, es para repensar hasta dónde hemos podido cambiar algunas situaciones, "porque seguimos recibiendo a los invasores", y los siguen recibiendo para hacer negocios y los pueblos originarios, que eran y son, los verdaderos dueños de la tierra siguen siendo las víctimas de estas invasiones.

No hay nada para celebrar, pero sí, mucho para repensar y para aprender de las resistencias indígenas.

Esta es una forma de reexistir,  la defensa de la territoriedad -como decía Carlos Porto Goncalves- no son hectáreas de tierra, son sus territorios, donde están sus ancestros, sus sitios sagrados y donde pueden seguir siendo lo que son, mapuches, wichis, mocovies, guaraníes, qom, tehuelches, ocloyas, etc.

La apropiación de las tierras, que así son concebidas por el capital y el mercado -tierras, no territorios- en su concepción eurocentrada es = RECURSOS.

Ellos y nosotros no hablamos de recursos, hablamos de BIENES COMUNES - BIENES PARA LA VIDA, pero, para el mercado, las tierras que aún están bajo control indígena son ricas en recursos, vienen por eso y por todo, como vienen por nuestros ríos, como han venido por nuestra Pampa que ya no produce esa gran diversidad de productos que emanaban de la tierra y que eran agroecológicos, sino, que tenemos prácticamente la vida canjenizada en el ámbito rural y sabemos bien, quienes son los culpables de ello.

Es un derecho poder pensar desde otras culturas que no haya sido la que invadió, la que nos conquistó y nos sigue colonizando, que nos sigue poblando en estas cuestiones de la apropiación de los bienes comunes que hoy, son el marco del orden legal hegemónico de todo el pueblo argentino. Los integrantes de las comunidades indígenas son los únicos que defienden esos lugares.

Parecería que nosotros no solamente no podemos reaccionar sino que además, no podemos visualizar los peligros que implican los continuos arribos de las corporaciones internacionales, multinacionales o como queramos llamarles, que ya se han apropiado de toda la cordillera, que ya sabemos, que está toda loteada como la Amazonia y que tienen los nombres de la Barrick, etc, etc.. Esas divisorias entre Chile y Argentina, ya no son esas que nos enseñaban a nosotros en la escuela, no, hoy tiene el nombre de tres o cinco multinacionales mineras.

La vida no se vende. Hay que desmontar todo lo que nos enseñaron, eso que hemos hablado tantísimas veces, se ha cosificado a la naturaleza, la forma en como nos enseñan a pensar el río, el monte, el cerro, que es tan diferente a estas otras cosmovisiones que, los consideran lugares sagrados de vida. 

Nosotros hemos sido tan colonizados que hemos cosificado la vida y hemos permitido que sea mercantilizada. 

El feminismo debe de ser descolonizado o no será, porque nosotros, luchamos contra un concepto de mujer cosificado que es eurocéntrico, colonizado, porque en América prehispánica hubo mujeres que gobernaban grandes estados, entonces, nosotros, no tenemos que pensar en una mujer empoderada a partir de nociones que son tan ajenas de nuestras territorialidades.

Poco se habla de las muertes de los líderes campesinos y de las cuales después nos horrorizamos en la Amazonia, Colombia, México, o la de algunas muertes que han sido tan claras de esta resistencia, nuevos combatientes heroicos como son los casos de Santiago Maldonado -aunque no fuera indígena- o Rafael Nahuel y la de tantos otros.

Tenemos que llegar a la conciencia de todos aquellos que no han visto una cosa distinta, sino, que están viviendo en el medio de este maremágnum de influencia subliminal propia de la sociedad que está dominada por las corporaciones, dominada por el capitalismo horroroso sin solidaridad, sin el sentido de lo que es la verdadera paz , sin el sentido más profundo de la justicia, porque estamos viviendo en un país con 40% de pobres y eso, también es una demostración de la carencia de soberanía, porque es fruto de la dominación, es fruto de la manifestación de un poder que dejo de ser un poder público para ser, un poder privado. 

Hemos dejado  al Estado en manos de los privados, en vez de hacerlo en las manos del pueblo. 

También hay que dejar de naturalizar que un niño piense que el agua viene en botella, porque nosotros,  hemos tomado agua de la canilla, o de la vertiente en las lagunas interiores de nuestros humedales que no estaba contaminada.

Hay mucho por hacer, hay que desmontar, estos cinco siglos de tragedia y de genocidio, de colonialismo, de racismo, de patriarcado, de machismo que vino con el capitalismo eurocentrado, no son fenómenos que vinieron desagregados, tenemos que ver esto para poder resistir a tiempo.

De estas cosas hay que hablar, del derecho a la vida de las generaciones futuras. Estamos vulnerando los derechos de quienes vendrán, además de los de nuestros propios hijos, nietos, amores.

Frente al avance del capital y del mercado en su territorialidades, los pueblos naciones indígenas nos están enseñando su lucha de resistencia.