SOY UN MUTANTE 

26.06.2023

En cuanto a mis vidas anteriores, no vine aquí por karma, sino que soy un mutante, es decir, soy un ser que viene de un planeta solar y que siempre repite la misma misión cada vez que encarna. Esto no es por karma sino, porque soy enviado por Dios, este Ser que conduce el instrumento humano que soy, es un querubín. Lo llamo mutante porque no se le puede matar. Volvería a nacer inmediatamente donde quiero y cuando quiero y  cuando Cristo me envía.

Soy capaz a través de las posibilidades que el Cielo me da de construirme un cuerpo, incluso antes de morir. Entonces es posible que mi próximo cuerpo, cuando deje esta encarnación, ya esté viviendo en el mundo y albergue mi espíritu porque soy inmortal y por lo tanto, me pueden matar pero volveré entre ustedes y les daré señales claras de que soy yo. Tomaré otro cuerpo pero seré yo. Así que no tengo ni reencarnaciones ni karma, sino que soy y me manifiesto directo y siempre enviado por Cristo que es mi maestro.

Esto también les pasa a otros como Eugenio, Filippo, el Padre Pío, todos los Apóstoles, seres que vienen de otros mundos. La humanidad, por otro lado, está sujeta a la reencarnación. Cuando les hable de mis reencarnaciones, en realidad debo decir, que son mis encarnaciones en las que siempre realizo el mismo tipo de misión.

Cagliostro dijo que partiría de nuevo hacia el norte y se lo dijo a sus iniciados. Lo conocí en París en 1861. Lo encontré debajo de las escaleras porque teníamos que hacer una iniciación. Era nuestro guía y estaba personificado en el Apóstol Juan, yo siempre fui el Bautista y conmigo también estaba el Conde de San Germán o el Apóstol Pedro.

Y después de haber realizado juntos un rito mágico atlante, tuvimos que separarnos y los tres dijimos que nos volveríamos a encontrar en el siglo XX en 1976 y 1977 en Sicilia. Han pasado 210 años y los 3 aún se encuentran en Sicilia.

Al despedirse, Cagliostro saludando dijo:

'Yo Voy hacia el norte, hacia la oscuridad porque yo nunca nací y nunca he muerto, yo no soy de ningún lugar, yo soy Cagliostro. Voy hacia el norte porque allí, tengo, debo llevar la luz. Donde hay paz no hay necesidad de mí, donde hay amor no hay necesidad de mí.Yo voy donde hay niebla y desamor y ahí es, donde queridos hermanos, nos encontraremos de nuevo. Soy de la nada, dijo el conde. Yo soy'.

Y así se fue. Era Adoniesis que hablaba a través de él. En ese tiempo quien personificaba a Adoniesis era el Conde de Cagliostro y nosotros seguíamos a él. Hoy Adoniesis me utiliza.